jueves, marzo 28, 2024
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El fantasma de las multinacionales y transnacionales en el Tolima (II)

La transnacional Anglogold Ashanti contada a vuelo de mariposas amarillas, un monstruo de mil cabezas que viene libremente a robarse nuestros metales preciosos con el aval pusilánime de la clase dirigente en cabeza del presidente Juan Manuel Santos Calderón.

Así viene quedando el departamento del Tolima por acción de las multinacionales y transnacionales. Foto Nelosi
Así viene quedando el departamento del Tolima por acción de las multinacionales y transnacionales. Foto Nelosi

Nelson Lombana Silva

A hurtadillas, solo con el aval y pleno conocimiento del gobierno nacional, la transnacional Anglogold Ashanti hizo presencia en Colombia y concretamente en el departamento de Tolima. Se movió en la sombra cerciorándose de no dejarse “pillar” de la comunidad. Nadie sabía que semejante monstruo se movía en la gran tierra de los pijaos, armando zarpazo contra lo más preciado de la humanidad: la naturaleza.

Incluso todavía numerosos tolimenses desconocen el fondo del problema, la angustia que le asiste a un puñado valiente de hombres y mujeres que a duras penas han venido entendiendo poco a poco la magnitud del desastre ambiental, social, económico, político y cultural que significa la presencia de esta transnacional en territorio tolimense, en el marco de la política neoliberal de Juan Manuel Santos, denominada pomposamente “locomotora minero-energética”.

En ese aspecto hay que ser claros. Esta transnacional y muchas más no están en nuestro territorio por casualidad o accidentalidad. Es el resultado de la nueva configuración del capitalismo altamente transnacionalizado; ésta y las demás están gracias a decisiones políticas tomadas por la clase dirigente también altamente transnacionalizada y apátrida: la burguesía.

Por eso, la respuesta a esta política neocolonialista ante todo debe ser política. No se puede ser consecuente al rechazar la megaminería a cielo abierto y a renglón seguido apoyar a los candidatos del establecimiento. Muchos dicen no a la megaminería, pero a renglón seguido dicen sí a los responsables apalancados en los dos partidos tradicionales y salen orondos a votar por ellos. Ante todo hay que ser coherentes y vencer el analfabetismo político.

Un documentado estudio de la Universidad del Tolima señala que la transnacional Anglogold Ashanti llegó a Colombia en 1999, siendo legalmente constituía la filial solo hasta 2003, con el nombre de Kedahda, operando secretamente durante varios años. Kedahda era filial directa de dos empresas: Compañía Kedahda y compañía Kedahda segunda, las cuales tenían sede en Islas Vírgenes Británicas, conocido paraíso fiscal[1. La Colosa: Una muerte anunciada. Informe alternativo acerca del proyecto de minería de oro de Anglogold Ashanti en Cajamarca, Tolima, Colombia. Sello Editorial Universidad del Tolima, 2014. Primera edición: 1.000 ejemplares. Impresión, Colors Editores. Página consultada 41].

Su identidad se vino a conocer a finales de 2007, cuando el triste célebre narcoparamilitar presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez soltó la chiva afirmando de la existencia de la mina de oro La Colosa en el municipio de Cajamarca (Tolima), siendo considerada una de las más grandes a nivel mundial.

Entonces se supo de la existencia de la transnacional Anglogold Ashanti, la cual no dudó en presentarse como “gran benefactora”, entregando no espejos, como hicieron los españoles a los aborígenes, pero sí uniformes deportivos, balones, becas, arreglo de caminos, pintada de escuelitas, compra de periodistas y medios de comunicación, al extremo de llegar a decir muchos residentes en este departamento, especialmente en Cajamarca, que se había producido un milagro porque la Virgen se les había aparecido.

Sin embargo, ese sueño muy pronto comenzó a evaporarse casi por sortilegio, en la medida en que comenzaron a salir estudios científicos y socializadas experiencias vividas en otras regiones del planeta. Aún turulata la comunidad comenzó a decir en voz baja: “El tigre no es como lo pintan”.

Breve historia

Anglogold Ashanti es considerada como la tercera transnacional minera de oro a nivel orbital, con presencia en varios países, entre otros: Sudáfrica, Tanzania, Ghana, Congo y Colombia. Sus acciones cotizan en bolsas de gran calado mundial como en Londres (Inglaterra) y Nueva York (Estados Unidos). “Anglogold Ashanti fue filial del gigante minero británico Anglo American hasta 2009”[2. Ibíd. Página consultada 33.].

En la actualidad tiene sede en Sudáfrica y la participación de capital de este país africano corresponde al 31% de sus accionistas. No obstante, el 44% de sus accionistas son de Estados Unidos e incluso, el 8% de Inglaterra, lo que hace presumir que su ubicación obedece más a estrategia que a cualquier otra cosa, es decir, conveniencia propia.

La ONG Human Rights Watch, en el 2005, denunció a esta transnacional de haber financiado paramilitares en la república de El Congo (África), hecho que la misma empresa se vio precisada a reconocer. Es más: Greenpeace le otorgó el premio de “empresa más irresponsable del mundo” en 2011, gracias a la infame contaminación de las aguas en la república de Ghana.

El trato con los trabajadores es inhumano. Los obreros de Sudáfrica se fueron a huelga durante un mes desafiando el poder omnipotente de ésta. Sin embargo, tuvo ganancias para el 2012 por la astronómica suma de 924 millones de dólares, teniendo pérdidas según la transnacional de 235 mil onzas de oro. Las ganancias son astronómicas para la empresa y catastróficas para la población y, sobre todo, para el medio ambiente.

¿Qué expectativas tiene Anglogold Ashanti en Colombia? La frase del ex presidente de esta transnacional para las Américas, Chris Lodder, lo dice todo: “Diamante en bruto”. “De hecho, fue la mayor productora de oro en Latinoamérica desde 1514 hasta 1937, pero en escalas nada comparables con las que ahora se pretenden”[3. Ibíd. Página consultada 35.].

Así las cosas, no es gratuito que los dos últimos presidente de Colombia se hayan abierto de patas para facilitar el ingreso de estas multinacionales y transnacionales, Santos disimulando el saqueo con el sugestivo título de “locomotora minero-energética” y Álvaro Uribe Vélez con la tétrica teoría de la “seguridad inversionista”.

Envalentonado por esta apertura aberrante de la oligarquía colombiana, mancillando la soberanía nacional, Mark Cutifani, ex director de la Anglogold Ashanti, afirma descaradamente que “Colombia es una de las tres principales prioridades globales para la empresa” [4. Ibíd. Página consultada 36.]. Esta afirmación la hizo durante el foro del oro de Denver en septiembre de 2012.

Agregó cínicamente en este encuentro: “Hemos utilizado nuestra ventaja de ser los primeros en llegar a Colombia para lograr una fuerte posición en el distrito de oro con mejor perspectiva en el mundo”.

Esa es la transnacional Anglogold Ashanti contada a vuelo de mariposas amarillas, un monstruo de mil cabezas que viene libremente a robarse nuestros metales preciosos con el aval pusilánime de la clase dirigente en cabeza del presidente Juan Manuel Santos Calderón. Una tragedia se cierne sobre estas bellas cordilleras y hermosas llanuras del Tolima y desde luego, de Colombia. Es por eso que el Partido Comunista Colombiano en el Tolima llama a la unidad y a globalizar la resistencia, propone preparar un paro cívico por lo menos regional. Además, apoyar el grupo ambientalista y la marcha carnaval.

Continuará…

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