Gerardo Esteban Vargas*
El pasado 13 de noviembre del año en curso, inició en Cali el evento BID-Sociedad Civil[1. http://www.portafolio.co/economia/entrevista-roberto-vellutini-del-bid (Consultado el 17 de noviembre de 2013).], promovido por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde hace 13 años. El tema central para este año será la inclusión como motor de desarrollo. Quien encabeza esta versión es Roberto Vellutini, vicepresidente de Países del BID. El vicepresidente explica que en esta ocasión se resaltó la inclusión social como elemento esencial para promover el desarrollo y aseguró que el mayor desafío que sigue teniendo la región es la desigualdad.
Dentro del evento los temas a tratar han sido la importancia del deporte para el desarrollo, la situación de personas en condición de discapacidad, la inclusión de género, transparencia, oportunidades de financiamiento, la integración y el cambio climático.
Vellutini habla de un nuevo concepto que actualmente está abordando el BID, el de “Gobiernos más abiertos”. Explica que este nuevo enfoque tiene que ver con el surgimiento de una ciudadanía más crítica, organizada y activa, que demanda mayor participación sobre las decisiones políticas. Lo cual, implícitamente, se puede deducir que es gracias a las protestas sociales que se han desarrollado en los últimos años, a las manifestaciones de inconformismo e indignación que se están dando en el país y en el orbe en general.
Esta indignación que comienza a extenderse a la población en general, es debido a las dañinas y malas políticas ejecutadas por la vieja organización plutocrática, impuesta por el poder alienante en lo ideológico y mediático en unos casos, la aplicación del terrorismo de Estado, o por la presión de la fuerza militar o paramilitar en otros como ha sido el caso colombiano.
El poder del pueblo
Pero el poder del pueblo, dado en las manifestaciones que han tenido eco y resultados objetivos, en casos concretos como las protestas estudiantiles para frenar iniciativas gubernamentales que van encaminadas al desmejoramiento de la educación para el pueblo. El paro judicial, que logró una mejora salarial para los funcionarios de la rama, la cual no se pedía, sino se exigía el cumplimiento de un acuerdo pactado hace 20 años con el gobierno.
El paro de los cafeteros por unos apoyos en su mercado, lo cual era una necesidad por la caída del precio del grano en los últimos años. Las protestas de varios sectores del campo, que lograron mostrar el verdadero rostro de los TLC firmados por estos gobiernosn así como su impacto, y de ahí, un acuerdo de subsidios y desmontes a los insumos de algunos productos usados para los cultivos. Las actuales manifestaciones del sector de la salud, debido a las reformas que plantean los mercaderes.
Entre estas manifestaciones que se están dando y otras que deben comenzar a fortalecerse, como las protestas de las madres comunitarias, y los sectores que empiezan a organizarse y estudiar sus condiciones actuales y proyecciones a futuro, como el “debe ser”, para una real sociedad equitativa y justa y no aceptar con resignación lo que “es”, porque así lo ha establecido el poder dominante del momento, en nuestro tiempo y espacio, encabezado por una oligarquía reaccionaria y retrógrada, que aboga por la guerra y la represión ante cualquier propuesta de democratizar, con cambios estructurales, la distribución de la tierra, el capital y los medios de comunicación entre otros.
Estas manifestaciones sociales y populares muestran el poder de la organización social sobre el poder gobernante por la mejor distribución de los recursos.
Solo basta con recordar una cuestión sencilla, como es la negociación del mísero aumento salarial para el año 2014, el cual se prevé será el más bajo de la historia del país; ya que su parámetro de cálculo depende la inflación y ésta va por el orden del 1,84% anual a octubre[2. http://m.portafolio.co/economia/salario-minimo-2014-aumento (Consultado el 20 de noviembre de 2013).].
Si se compara dicho aumento con las ganancias, que se calculan por billones, de un par de banqueros, que de hecho apoyan políticamente a hombres de la derecha reaccionaria, encontramos que son los perfectos corruptos y sujetos inmorales, que pueden generar un caos social y económico, al lucrarse del sector financiero, junto con las multinacionales extranjeras y otros grupos de poder. Frente a esta realidad, consideramos que si existiera un pueblo organizado y consiente políticamente, seguramente esos banqueros perderían sus privilegios, para dar paso al control consciente de sus propios recursos.
* Economista Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEIS).
