miércoles, abril 24, 2024
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El Décimo Congreso: por la senda revolucionaria

A seis meses de cumplirse 50 años del Décimo Congreso del PCC y debido a la importancia del programa allí aprobado decidimos destacar algunos elementos del contenido del mismo.

Interviene Álvaro Vásquez del Real , veterano dirigente del Partido Comunista Colombiano.
Interviene Álvaro Vásquez del Real , veterano dirigente del Partido Comunista Colombiano.

José Ramón Llanos

El Partido Comunista Colombiano presenta algunas particularidades en su historia. Por ejemplo, sólo once años después de fundado organizó su primer congreso, en 1941. De igual manera consideramos que a partir del Octavo Congreso, apenas inició la construcción de un programa auténticamente revolucionario. En efecto a partir de este congreso diagnosticó las falencias que le impedían construir un programa que cumpliera las mínimas condiciones que exigían un documento de tal naturaleza. Por esa razón el Octavo Congreso determinó que en vez de programa se construiría una Declaración Programática.[1. Texto sobre el Décimo Congreso. p 52.] Este texto confrontado con la realidad del país, además, utilizado como guía de la acción política revolucionaria del PCC y enriquecido con el estudio y análisis de los procesos económicos y sociales, permitió que el Noveno Congreso introdujera correctivos y nuevos elementos que aportaron los camaradas en el Noveno Congreso, apertrecharon mejor a los camaradas que trabajaban con el campesinado, el asalariado urbano y rural.

El crecimiento del Partido, la cualificación de su dirección y la militancia, hicieron posible que en el Décimo Congreso se construyera un programa realmente marxista-leninista que respondió a las necesidades del desarrollo de la lucha revolucionaria colombiana. Estos avances permitieron que en la presentación del libro Por el Frente Patriótico de Liberación Nacional, la dirección pudiera afirmar:

“Como fruto de una prolongada investigación de la realidad económica, social y política de Colombia, confrontada con la práctica de la lucha revolucionaria, el Partido Comunista ha elaborado colectivamente en su décimo Congreso, efectuado en la última semana de enero de 1966, el programa de la revolución patriótica, agraria y democrática que abrirá la ruta esplendorosa para la construcción de una Colombia socialista”.[2. Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de Colombia. Comisión Nacional de Propaganda. Bogotá, marzo de 1966.,p.5]

Colombia en los años sesenta

Colombia y América Latina padecían la aplicación de las políticas anticomunistas elaboradas por los Estados Unidos y aplicadas obsecuentemente por las dictaduras imperantes y algunos gobiernos seudo democráticos en el continente. A comienzos de los sesenta el PCC, todavía sufría las consecuencias de la ilegalidad que lo obligó a luchar en la clandestinidad. Sin embargo, en la clandestinidad lograba difundir sus denuncias y sus propuestas mediante la prensa y boletines clandestinos.

Una de las revistas revolucionarias colombianas de más larga circulación, Documentos Políticos, nació en diciembre de 1956, clandestina en los alrededores de Puerto Brasil y circulaba en todo el país. Con la caída del dictador Gustavo Rojas Pinilla, el PCC logró la legalización de la publicación.

El Frente Nacional

El régimen excluyente del Frente Nacional no solo perseguía la prensa partidaria sino también a los militantes y líderes de la organización. Pero aún así las primeras críticas al talente dictatorial del régimen fueron publicados en Documentos Políticos y el periódico VOZ Proletaria.

Fue precisamente bajo el Frente Nacional que los gobiernos iniciaron la persecución y bombardeos de los campesinos de Marquetalia, obligándolos al desplazamiento y a la organización militar para defenderse de las tropelías de la tropa, que obedecían a la imposición del llamado Plan Laso. La necesidad de defenderse llevó al campesinado a organizar las FARC-EP.

El Décimo Congreso

Las herramientas teóricas acumuladas, las enseñanzas derivadas de la lucha revolucionaria en Colombia y las perspectivas y éxitos de la Revolución Cubana, permitieron elaborar en el seno del Décimo Congreso, la concepción de combinación de todas las formas de lucha de masas y el objetivo prioritario de la Unidad Popular.

El programa contiene una cabal caracterización del imperialismo norteamericano, sus tácticas y herramientas utilizadas en la explotación de los recursos naturales. Sin embargo, la presencia de la Revolución Cubana, nos mostró las posibilidades reales de la derrota del imperialismo. El programa recoge esa perspectiva así: “La victoria de la revolución cubana y el hecho de que se adelante la construcción de una sociedad socialista en las propias puertas del imperialismo yanqui, demuestran que tal es el camino que deben emprender los pueblos dispuestos a conquistar definitivamente su libertad”.[3. Ibid., p.97]

El Octavo Congreso hizo una propuesta audaz para la lucha: En el proceso de nuestra revolución se combinarán todas las formas de lucha de masas, según las circunstancias, la etapa en que se viva y la actitud de las fuerzas reaccionarias. Sin renunciar a ninguna forma de acción de masas, la lucha armada se va convirtiendo cada día más en factor indispensable de la revolución colombiana”.[4. Ibid., p.108.]

Los economistas, los cuadros del partido dedicados al análisis de los procesos económicos y el crecimiento del país, el alto nivel del desempleo y la baja productividad, y la existencia de una burguesía descastada aliada del imperialismo y de sus empresas trasnacionales y de otro lado “la burguesía nacional es la que sufre limitaciones en cuanto a su existencia y desarrollo por causas de la dominación imperialista”.[5. Ibidem., p. 100.] Infortunadamente, por su temor a la “revolución social y a la liberación de las masas” no es capaz de liderar las acciones por la liberación nacional.

Esta caracterización social conduce a la conclusión que la lucha por la democracia, la soberanía nacional y la equidad, imponen la creación de un Frente patriótico de liberación nacional, el cual llevará a cabo la reforma agraria democrática, la reforma urbana, desarrollo económico independiente, desarrollo de la educción, la cultura, el arte y el deporte. Además, instaurar una auténtica democracia y garantías a los asalariados de bienestar y equidad.

Este programa marca un hito en la historia de los partidos y movimientos revolucionarios del país.

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