jueves, marzo 28, 2024
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El debate sobre el matrimonio igualitario

Una discusión de fondo entre los que propugnan por una Colombia democrática, moderna y progresista, y quienes continúan anclados en el confesionalismo y en el atraso ideológico. Argumentos de derechos contra sermones prejuiciados

El debate sobre el matrimonio igualitario ha enfrentado al país conservador y confesional con el país real, moderno y democrático con una visión avanzada de la realidad humana y social.
El debate sobre el matrimonio igualitario ha enfrentado al país conservador y confesional con el país real, moderno y democrático con una visión avanzada de la realidad humana y social.

Nixon Padilla R.*

El pasado miércoles 17 de abril se continuó, ahora en la plenaria del Senado, aunque finalmente fue aplazada por no tener transmisión televisiva, la discusión sobre el proyecto de ley No. 47 de 2012 “Por el cual se establece la institución del matrimonio para parejas del mismo sexo, se modifica el Código Civil y se dictan otras disposiciones”, luego de haber sido aprobado en la Comisión Primera de la misma corporación.

Este proyecto pretende cumplir con la exhortación que hizo la Corte Constitucional para que el Congreso legisle en función de superar el déficit de protección de derechos que encontró para las parejas homosexuales con respecto a las heterosexuales.

La Corte Constitucional basa tal afirmación en el hecho real y constatable: que la familia no puede reducirse a la unión de un hombre y una mujer heterosexuales, sino que la constitución de familia tiene un carácter flexible, maleable y que esta se corresponde con un Estado pluriétnico y pluricultural como lo establece la Constitución colombiana, y por lo tanto las parejas homosexuales deben considerarse familia.

La opinión de la Corte

Así mismo, la Corte ha considerado que la definición de familia que establece la Constitución colombiana en su artículo 42 no es excluyente con el reconocimiento del derecho de protección por parte del Estado a las familias homosexuales. También argumentó la Corte que mientras las parejas heterosexuales pueden constituir familia mediante la unión marital de hecho o mediante el vínculo jurídico del matrimonio, las parejas homosexuales no tienen la misma opción de escoger un camino distinto a la unión marital de hecho.

Dado lo anterior, la Corte afirma que las parejas homosexuales deben tener una figura solemne y formal para constituir familia, alternativa a la unión marital de hecho y exhorta al Congreso de la República a legislar en tal sentido y mandata además, que en caso que no lo hiciere a partir del 20 de julio de 2013, las parejas homosexuales pueden acudir ante juez o notario a formalizar y solemnizar el vínculo contractual.

El proyecto de ley en debate en el legislativo procede entonces a otorgar a las parejas homosexuales la opción del vínculo matrimonial para la constitución formal de familia, de manera igualitaria a las parejas heterosexuales, además de la unión marital de hecho reconocida anteriormente por la Corte Constitucional. Algunos legisladores de la derecha encabezados por Roy Barreras han pretendido buscar una fórmula para establecer un vínculo jurídico distinto al matrimonio, con el objetivo de mantener el criterio de diferenciación y discriminación hacia las parejas homosexuales.

Acaloradas discusiones

Este debate, como era de esperarse, ha desatado las más acaloradas discusiones en la sociedad colombiana y ha generado la reacción violenta de los sectores más conservadores y homofóbicos.

Las élites de las iglesias católicas y evangélicas han movilizado todo su poderío e influencia para tumbar el proyecto. Han pretendido desviar el debate sobre los derechos de un sector poblacional del país hacia un debate de orden religioso y de fe, olvidándose que, a partir de la Constitución de 1991, el Estado colombiano es laico y aconfesional y por lo tanto las creencias religiosas no se constituyen en fuente de derecho.

La campaña que han desatado se fundamenta en prejuicios que profundizan la discriminación hacia las personas homosexuales, afirmando que éstas son carentes de toda moral o ética, personas desviadas, fuente de enfermedades, exaltan la histeria social diciendo que con el matrimonio igualitario se expone a los niños al abuso sexual o que se les obligará a establecer el matrimonio homosexual en sus ritos sacramentales.

Este discurso homofóbico y falaz ha generado que en este periodo aumenten los ataques violentos y criminales contra las personas homosexuales, como el acontecido contra la sede del Centro Comunitario LGBTI de Bogotá hace unas pocas semanas. Las manifestaciones públicas que han convocado estos sectores han sido acompañadas de facciones de neonazis criollos que intentan amedrentar de manera violenta las expresiones, siempre alegres y coloridas, de los sectores y organizaciones de la diversidad sexual y de géneros.

Inquisidores

La influencia de estas iglesias quedó expuesta con la publicación del acuerdo entre el presidente del Senado Roy Barreras y una Iglesia del Valle del Cauca para intercambiar por votos, puestos en el Senado y el compromiso del legislador a no impulsar el matrimonio igualitario. El acuerdo para hundir el proyecto, entre el Partido Conservador y el Partido de la U, tiene entre sus promotores tanto al senador Barrera como al triste y “excrementalmente” célebre senador Gerlein.

De igual manera ha procedido el procurador general de la Nación, que a pesar de ser un funcionario público, cuyas actuaciones deben orientarse a proteger los derechos de la ciudadanía, ha colocado al ministerio público y todo su poder disciplinario y clientelar en función de sus interpretaciones religiosas, como quedó demostrado con el lobby contra el matrimonio igualitario, que Ilva Miriam Hoyos, ahora llamada la “inquisidora” de la familia, ha desarrollado de manera cínica y abierta en el Congreso de la República.

Mientras tanto, el gobierno Santos que en reuniones privadas, tanto del Ministerio del Interior como de la Vicepresidencia, intenta congraciarse con las organizaciones LGBTI, guarda un silencio sepulcral, haciéndose cómplice de estas posturas retardatarias, que impulsa su bancada de la Mesa de Unidad Nacional.

Apoyo de la izquierda

El movimiento LGBTI ha venido desarrollando acciones cada vez más visibles de movilización social, que no sólo convoca a personas homosexuales sino a una cada vez más amplia franja social que se orienta más a escuchar argumentos que sermones eclesiales prejuiciados. Es destacable el uso masivo de las redes sociales digitales, así como el cubrimiento mediático que ha tenido este debate. La conformación del Comité de Impulso al Matrimonio Igualitario cuenta con decenas de organizaciones sociales y personalidades de la vida política, social y cultural del país.

La izquierda y sectores democráticos del país, se han puesto del lado de los derechos de las parejas homosexuales, apoyándolas sin ambigüedades, como lo han expresado la ex senadora Piedad Córdoba, vocera de Marcha Patriótica; la senadora Gloria Inés Ramírez, comunista y dirigente de esta misma colectividad; los representantes a la Cámara Iván Cepeda Castro y Hernando Hernández, así como Jaime Caycedo, secretario general del Partido Comunista Colombiano.

Al cierre de esta edición, se debatía nuevamente el proyecto en la plenaria del Senado, falta ver si el Congreso asume su responsabilidad con los derechos de las parejas homosexuales dándole su aprobación o como lo ha hecho en ocasiones anteriores, deja este trabajo a la Corte Constitucional.

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*Responsable del Área de Diversidad Sexual del PCC e integrante del Colectivo León Zuleta.

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