La colombianidad, aquel crisol de colores, género, creencias y preferencias, unido en su diversidad aporta con todo lo posible para concretar la posibilidad que se construye en La Habana, sin embargo hay consciencia que todo no depende de La Mesa, solo es una parte, importante si, pero no la única
Marco León Calarcá
Integrante de la Delegación de Paz de las FARC-EP
El país bebió en estas fiestas de fin de año la esperanza creciente de un Acuerdo Final, fincada en el acuerdo sobre víctimas anunciado el 15 de diciembre pasado, aunque unos, cada vez menos, rumiaron su fracaso al ver acercarse en el horizonte la paz que necesita y merece Colombia.
La colombianidad, aquel crisol de colores, género, creencias y preferencias, unido en su diversidad aporta con todo lo posible para concretar la posibilidad que se construye en La Habana, sin embargo hay consciencia que todo no depende de La Mesa, solo es una parte, importante si, pero no la única, es necesario multiplicar ese aporte y con ello silenciar a los enemigos de la paz. Demostrar, más allá de las encuestas, que el ánimo de paz y reconciliación florece.
A la luz de la Agenda del Acuerdo General de La Habana, cuatro acuerdos logrados, así sean parciales, los avances en el punto 3: Fin del Conflicto, alcanzados por la Comisión Técnica, además del trabajo de la Comisión encargada de la seguridad y el desmantelamiento del paramilitarismo significan mucho más de la mitad del camino recorrido, por tanto es más difícil devolverse que llegar a la meta, sin pretender especular con la irreversibilidad del proceso.
Y se deben agregar a ese recorrido los acuerdos sobre búsqueda de desaparecidos, la desvinculación de menores del conflicto, descontaminación explosiva, con los planes pilotos en El Orejón, Briceño, Antioquia y en Santa Helena, Meta, funcionamiento de la subcomisión de género.
Mención aparte merece el tema de prisioneros y prisioneras de guerra, presos y presas políticos, pues el gesto del indulto a 30 unidades guerrilleras, en lugar de construir confianza y servir en el acumulado del desescalamiento, se convirtió en fuente de desacuerdos, por su incumplimiento debido al festín de la leguleyada, sin ver más allá hacia la proyección de la Paz.
Además falta aún el Punto 6: Implementación, verificación y refrendación, nadie sabe a ciencia cierta porqué se trata de desconocer, cuando tiene igual importancia que los otros cinco, entre otras es donde se concretaran los temas acordados y la participación de la ciudadanía nacional y la comunidad internacional.
Cómo, cuándo y dónde será la implementación. También definir los esquemas, formas y quienes participarán en ellos para la verificación.
Las partes tienen sobre La Mesa sus propuestas sobre refrendación y se han expuesto los argumentos que las sostienen. Las FARC-EP ondea la bandera de la participación y garantía de seguridad brindada por la Asamblea Nacional Constituyente, el gobierno insiste en el inane plebiscito.
Ante ese panorama el gobierno de Juan Manuel Santos no debe seguir empecinado en posiciones irreales, de fuerza o unilaterales y así desconocer la voluntad mayoritaria y la convicción de paz de la insurgencia. Los recientes retiros para reflexionar sobre la paz, seguro oxigenarán sus posiciones. Ojala, otra forma de decir que dios quiera, la delegación oficial llegue con ánimo constructivo.
En el tiempo, sin entrar en la polémica de los plazos referidos a la cantidad, lo importante es la calidad, la forma de utilizarlo y hacerlo rendir encaminando los esfuerzos al logro de construir las soluciones de las salvedades y los puntos restantes.
Nota:
Se vive clima de Paz producto de los avances, la tregua unilateral y la suspensión de los bombardeos, pero dónde quedó el Cese Bilateral de Fuegos? Para cuándo? Las mayorías decimos ¡Ya!
