martes, abril 23, 2024
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El agosto electoral de las aves cuaresmeras

Nelson Lombana Silva

Los barones electorales del Tolima que se “quemaron” el pasado domingo no paran de llorar. Se lamentan de los resultados. Responsabilizan a Raimundo y todo mundo menos ellos. Por supuesto, desconocen la autocrítica. Solo ven la paja en el ojo ajeno.

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Políticos tradicionales del Tolima

Entonces responsabilizan al inocente, analfabeta y alienado elector yéndose lanza en ristre contra él con los peores epítetos: desagradecido, traicionero, hipócrita, falto de regionalismo, mequetrefe, etc.

Según estos varones electorales lo dieron todo: Dizque Juan Mario Laserna, multimillonario conservador, consiguió obras por más de $10 mil millones de pesos; Guillermo Santos, liberal, adelantó los debates más contundentes contra la megaminería. Sin embargo, los tolimenses decidieron votar por candidatos “foráneos”.

Si estos personajillos hubieran salido, serían ellos los “héroes”; pero como no salieron son los “mártires” de una injusta decisión del pueblo tolimense. Juan Mario Laserna –por ejemplo– es amigo del ex gobernador Óscar Barreto Quiroga, quien está sancionado para ocupar puestos públicos por 11 años y no precisamente por buena y honrada persona. Fue amigo íntimo del ex presidente del Congreso Luis Humberto Gómez Gallo, quien fue a la cárcel por nexos con el paramilitarismo.

Es más: Estos honorables senadores aprobaron leyes letales contra el pueblo como el fuero militar, la reforma contra la salud, la educación, le dieron vía libre de alguna manera a la presencia de bases norteamericanas en nuestro país, aprobaron el TLC, etc. Y tras de ladrón bufón, se preguntan entre lágrimas: ¿Por qué los tolimenses no votaron por nosotros?

La “cosecha electoral de las aves cuaresmeras” por supuesto que merece un análisis detallado. A primera vista no hay explicación de que personajes de otras latitudes hayan venido casi que de la noche a la mañana y se hayan levantado casi 270 mil votos en el Tolima. Resulta interesante mirar este fenómeno desde distintos flancos para poder tener una correcta y dialéctica interpretación, que permita mirar con perspectiva la lucha política e ideológica en el departamento corazón de Colombia, sobre todo desde la izquierda.

Una primera hipótesis es que este “agosto de las aves cuaresmeras” no fue algo espontáneo y voluntario por parte del elector. Jamás se podrá decir: Es que estos senadores que sacaron votos obnubilaron, convencieron, deslumbraron a los electores tolimenses con su trabajo en el parlamento. Nada de eso.

Una segunda hipótesis es que estos barones electorales no llegaron solitos y tampoco acudieron solamente al argumento dialéctico de la palabra. Al parecer hubo dinero en cantidad de por medio.

¿Cómo explicar que un desconocido en el Tolima como Samy Merheg se lleve de este departamento 11.151 votos? ¿Un tal Hernán Andrade 10.437, Rodrigo Villalba 3.377, Jorge Eduardo Géchem 7.701, Álvaro Uribe Vélez 82.360 y así sucesivamente?

La gran conclusión de tirios y troyanos es que “malos” hijos del Tolima vendieron estos votos a precio oro y que al elector le recompensaron una cifra mínima que al parecer osciló entre 50 y 100 mil pesos. ¡Tremendo mercado persa! Así las cosas, la imaginación no alcanza a dimensionar las altas sumas de dinero que circularon sin que las autoridades hayan detectado absolutamente nada. ¿Sigilo? ¿Complicidad? ¡Averígüelo Vargas!.

El tema no es de ahora. Lo que sucede es que cada vez es más crítico y descarado. La putrefacción del régimen capitalista aumenta, solo eso puede explicar fenómenos de esta naturaleza.

Entonces los medios de comunicación lanzan una cortina oscura para esconder a los verdaderos responsables y descargan toda la responsabilidad en el pobre, hambriento y desideologizado elector, que totalmente alienado ve en su votico una oportunidad efímera de paliar el hambre durante un día o máximo dos, sin saber que con ese comportamiento se está condenando a cuatro años más de miseria, desempleo e incertidumbre.

Posiblemente el día que el elector pueda romper con el analfabetismo político, la alienación y el terrorismo de Estado, ese día comprenderá cuán inmenso es el valor político del voto, lo que realmente significa. Entonces, dejará de votar por los candidatos de la oligarquía y lo hará por los candidatos de su clase social, por los candidatos de la izquierda. No sabemos cuánta agua tendrá que correr bajo los puentes. La única certeza es que ese día llegará por cuanto la historia sigue su curso, la ciencia no se equivoca y todo está en movimiento. Ojalá, eso sí, esto no sea demasiado tarde.

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