martes, abril 16, 2024
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Diálogo con un combatiente: “Lo que quiere el pueblo es la paz”

“Los del No se están dando cuenta que lo que quiere el pueblo colombiano es la paz”: Jimmy Ríos de las FARC-EP

Por: La Plena. Prensa Alternativa y Popular del Caribe

El pasado 30 de octubre en el corregimiento de San Juan de Oriente en el municipio de La Paz, Cesar, se realizó la Vigilia por la Paz convocada por las FARC-EP para rodear, apoyar y acompañar el cese al fuego bilateral y definitivo, amenazado por la coyuntura que se ha venido generando a raíz del triunfo del No en la jornada electoral del 2 de octubre. La Plena pudo entrevistar a Jimmy Ríos, guerrillero del Frente 19 del Bloque Martín Caballero de las FARC, para conocer de primera mano algunas reflexiones, no solo de la jornada ecuménica convocada, sino de la coyuntura nacional que por estos días se vive en Colombia.

De ascendencia antioqueña, con unidad de mando sobre la tropa, con tareas concretas en pedagogía de paz y empatía con la gente asistente al evento, Ríos hace parte de esa generación de guerrilleros que salen del anonimato de la selva para hacer de la plaza pública el escenario de la política.

–¿De qué se trataba esta vigilia, cuál era su objetivo?

–La vigilia tenía un objetivo. Se trataba de un encuentro con la población civil para respaldar los acuerdos y el acuerdo final. Nace de una coyuntura particular cuando el presidente Santos, días después de derrotado el plebiscito, afirma que el cese al fuego bilateral y definitivo iba hasta el 31 de este mes. Como consecuencia, las comunidades y las iglesias hicieron la convocatoria de las vigilias para prevenir un retorno a la guerra.

Varios análisis

–Ya que habla del plebiscito ¿Cómo recibió la guerrillerada la noticia del triunfo del “No” el pasado 2 de octubre?

–Finalmente, nosotros tenemos varios análisis dentro de la guerrillerada. El primero nace de preguntarnos en el momento ¿Por qué los del No sumaron tantos votos? A medida que han pasado los días nos vamos dando cuenta que fue a través del engaño, el chantaje y el odio, sembrando miedo fue como lograron una victoria formal aunque estrecha. Lo segundo es que nosotros nunca compartimos que se convocara el plebiscito. Insistimos al Gobierno Nacional que la mejor forma de refrendar los acuerdos sería por medio de una Asamblea Nacional Constituyente, propuesta que siempre estuvo acompañada de una negativa. Y tercero es que no se nos permitió hacer una campaña formal por el Sí. El Gobierno se negó, dijo que sería proselitismo armado y se la jugó por esa estrategia, que ya vemos fue equivocada. Sin ser una tragedia, una hecatombe, no podemos negar que la guerrillerada lo sintió como un baldado de agua fría. Sin embargo nadie lo sintió como una derrota, pues creemos que eso no demuestra la verdadera correlación de fuerzas. Finalmente 22 millones de colombianos que pueden votar no acudieron a las urnas.

Podemos decir que la sonrisa que tenían los del No el 3 de octubre no es la misma que tienen hoy. Esa sonrisa se ha venido calmando, se están dando cuenta que en realidad lo que quiere el pueblo colombiano es la paz, y eso nos ha motivado a ratificar que el camino para Colombia es terminar esta guerra.

“Nosotros desde las FARC no nos oponemos a las creencias religiosas y la espiritualidad”

El valor de la movilización

–Sin embargo, una vez derrotado el SÍ estalló una especie de movilización espontánea respaldando los acuerdos. ¿Cuál fue la lectura que hicieron las FARC de esa expresión ciudadana?

–Para entender lo que pasó recordemos el adagio popular que dice “no hay mal que por bien no venga”. La movilización y la sensibilización que salió de la derrota, nos ha dado nuevas oportunidades para explicar el acuerdo y establecer los beneficios, que no son para las FARC sino para las mayorías. Creemos que es un escenario favorable para resolver dudas y continuar con el proceso.

–¿Cómo estuvo la vigilia? ¿Cómo fue ese contacto con la gente?

–Teniendo en cuenta la convocatoria, es decir una vigilia, nosotros esperábamos construir un encuentro ecuménico. Un espacio donde diferentes iglesias y credos se unen a favor de la paz y de su construcción en los territorios. Nosotros desde las FARC no nos oponemos a las creencias religiosas y la espiritualidad que tiene el pueblo colombiano. Queríamos entonces lograr un ejercicio plural de plegarias y ceremonias para acompañar el acuerdo. Aunque hemos tenido dificultades, creo que logramos el objetivo. De igual forma, nosotros hemos aprovechado el espacio para seguir con la pedagogía de paz. Contarles a los campesinos el acuerdo final, desmentir una serie de mentiras que sobre él se han construido, y así avanzar en elevar la consciencia de quienes se benefician de él. También hemos contado con la participación, tanto de la familia fariana como de la comunidad, en actos culturales que nos acercan a la diversidad del pueblo colombiano.

En fin, nosotros aprovechamos estos espacios para hablar y compartir con la gente. Como ha pasado en otros eventos, hemos visto el reencuentro de familias con guerrilleros. Hubo un momento muy importante en la vigilia cuando alguna gente que había manifestado su odio visceral hacia la guerrilla fue capaz de abrazarse con nuestros comandantes. Levantamos la bandera de la reconciliación nacional. Creemos que de esto se trata. En el tema de la política local, de las dificultades que se presentan en los territorios y la intolerancia formada en la guerra, estas acciones nos llevan al cumplimiento de este objetivo esperanzador para las mayorías.

“Los compañeros del ELN son para nosotros hermanos de esta lucha”

Guerrilleros de civil

–En la vigilia algo que nos llamó la atención por su componente simbólico fue que la guerrillerada estaba de civil, de blanco y desarmada. ¿Qué lectura podemos hacer de esa puesta en escena que ya es común en las FARC?

–Bueno es un compromiso que adquirimos con el protocolo del cese al fuego y su monitoreo, que estamos cumpliendo en este tipo de iniciativas. Pero definitivamente va más allá. Nosotros queremos demostrarle al Gobierno y a la sociedad colombiana que la convocatoria nuestra no depende de las armas, la convocatoria de nosotros no depende de la amenaza hacia la gente de participar. De hecho la diversidad de gente que esta acá lo demuestra.

Quienes han venido a la vigilia no solo es gente de izquierda comprometida con el cambio social, sino también gente común y corriente que tiene la expectativa de qué va a pasar con la paz.Si hay una cosa real en esto, y es algo que le tiene miedo la derecha del país, es que las FARC puedan establecer un diálogo con la gente de cuál es el proyecto que tenemos para el país. Todo esto enmarcado en la importancia que tienen los Acuerdos para resolver problemáticas concretas de la población en Colombia.

–¿Cuál es el mensaje que desde las FARC envían ustedes al ELN en este nuevo momento donde se inicia formalmente el proceso de paz de ellos con el Gobierno Nacional?

–Los compañeros del Ejército de Liberación Nacional son para nosotros hermanos de esta lucha. Les diría que en el proceso de La Habana hay cuatro años de aprendizajes. Nosotros quizás no lo hicimos mejor, no fue el mejor acuerdo pero fue el acuerdo posible. Hay una experiencia para que ellos avancen y mejoren lo que se ha acordado. Ellos pueden lograr algo que para nosotros también fue una prioridad, la máxima vinculación del pueblo con la paz.

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