sábado, abril 20, 2024
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Del Partido Comunista a los trabajadores

La debilidad ideológica y política y el fraccionamiento del proletariado deben ser superados con nuestro trabajo permanente, que deberemos llevar a todos los escenarios.

Marcha PCC-Marcha patriotica 2012

Las políticas neoliberales lideradas por el sector financiero mundial han determinado grandes retrocesos casi globales para los trabajadores; ellos se traducen en un asfixiante nivel de explotación de los asalariados activos, a la par que crece en el mundo el ejército de desempleados y se degrada la naturaleza a pasos agigantados.

El capitalismo hace estragos en el mundo. Los medios han sido múltiples: desde crímenes de toda índole contra trabajadores del campo y la ciudad y sus organizaciones sociales y políticas, hasta el engaño y la compra de consciencia a los individuos ideológicamente más débiles del proletariado. La burguesía ha diversificado y endurecido las normas que rigen esta sociedad bajo su dominio e impulsado (y logrado) la división de los trabajadores.

En Colombia, las condiciones de explotación son particularmente agudas: no sólo se vive bajo el imperio de las políticas globales neoliberales sino que nos desenvolvemos en medio de una guerra impuesta por los intereses del poderoso sector latifundista semifeudal, que ha acudido históricamente al sistema de acumulación de riqueza por la expropiación violenta del campesinado.

El método fue adoptado también por empresas transnacionales en su afán de explotar masivamente los bienes primarios de nuestro territorio y, en últimas, por una gran parte de la burguesía, aliada del imperialismo, en su afán por mantener y acrecentar sus privilegios en contra de los intereses de la población. La constante a través de muchos años ha sido la estigmatización y criminalización de las políticas que se oponen a la explotación; el anticomunismo ha sido la patente para intentar destruir, por la fuerza, toda idea transformadora.

En esta época se han abierto condiciones para el cese definitivo de las acciones armadas. Se abre, por tanto, una posibilidad real de crear espacios al movimiento social en su afán transformador de la sociedad colombiana. Esta condición, sin embargo, mantiene enemigos entre aquellos que tradicionalmente se han lucrado y se lucran con la guerra. Los avances de esas fuerzas del retraso tienen que ser contrarrestados y superados por la acción de las fuerzas del progreso, en cabeza de los trabajadores colombianos; de no ser así, existe la posibilidad de una recomposición y reorientación de las clases en el poder que detenga la condición de avance social en construcción.

Los trabajadores organizados, esos que junto con el sector agrario han puesto la mayor parte de las víctimas del conflicto, se encuentran extrañamente marginados de la acción política por la defensa y consolidación de los diálogos de paz. No se trata de la falta de voluntad de los asalariados; se trata de la ausencia de interés e iniciativa de la mayoría de la dirigencia enquistada en la cúpula de las centrales sindicales.

El burocratismo y la corrupción se han tomado la dirección de las organizaciones y favorecen su desviación en lo ideológico y su fraccionamiento en lo político y lo organizativo, conduciendo al movimiento de clase a su debilitamiento y casi destrucción. En buena parte de esa actual dirigencia del proletariado, la burguesía ha inculcado la idea de las bondades de un capitalismo “con rostro humano” que haga más “amable” la esclavitud. Esas desviaciones tienen que ser combatidas y derrotadas por los trabajadores con consciencia de clase.

La debilidad ideológica y política y el fraccionamiento del proletariado deben ser superados con nuestro trabajo permanente, que deberemos llevar a todos los escenarios. El Partido Comunista Colombiano y Marcha Patriótica, que junto con el Congreso de los Pueblos y otras organizaciones hemos contribuido a las movilizaciones agrarias y de otros sectores, nos comprometemos a actuar dentro del movimiento de los trabajadores, por su base, para impulsar la organización y la movilización nacional hacia la defensa de los intereses de la clase explotada.

Compartimos e impulsamos la convocatoria a la realización del Congreso Alternativo del sector clasista y de los excluidos del VI Congreso de la CUT, para buscar acuerdos de reorientación y fortalecimiento del movimiento sindical. Impulsaremos la adopción por la CUT de verdaderas políticas de clase.

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