jueves, marzo 28, 2024
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Cumbre de Celac: Integración para nuevos tiempos

La condena al bloqueo económico a Cuba, el apoyo a la revolución bolivariana de Venezuela y el respaldo unánime al proceso de paz en Colombia, ejes de la solidaridad latinoamericana

Alberto Acevedo

La lucha frontal contra la pobreza y por la inclusión social, en un continente que ha sido caracterizado como la región más desigual del mundo, fueron los objetivos principales a los que apuntó la III cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que finalizó el pasado 29 de enero en Costa Rica, después de dos días de fructíferas deliberaciones.

Para alcanzar estas metas, los países de la Celac deberán diseñar una arquitectura financiera regional, catapultar a un nivel superior el desarrollo de la ciencia y la tecnología e impulsar una estructura vial, productiva y energética.

Rafael Correa, que fue elegido nuevo presidente pro témpore del organismo regional de integración, se comprometió a impulsar los anteriores objetivos, se mostró partidario de crear una especie de banca regional que alivie las dificultades financieras de última hora de los países socios, y dijo que con estos mecanismos, Celac puede derrotar la miseria en América Latina en los próximos cinco años.

Varios mandatarios coincidieron en destacar el hecho de que a pesar de que este mecanismo de integración ha sido ignorado por los grandes medios de comunicación, Celac ha avanzado en el diálogo político sobre los problemas de la región y ha dado un importante impulso a la cooperación internacional. Este esfuerzo se ha manifestado de manera especial con China, con la que se han celebrado acuerdos económicos por 500 mil millones de dólares y comprometido líneas de inversión por 250 mil millones más.

Enfrentar la crisis global

Esta agenda de cooperación se extiende de manera dinámica con otros países como Japón, Rusia, Corea, Turquía y la Unión Europea, relaciones basadas en los principios de respeto mutuo, igualdad, beneficio recíproco, cooperación de ganancias compartidas y respeto por la autodeterminación de los pueblos.

En esta perspectiva, como afirmó el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, Celac marca un nuevo tiempo y un nuevo ciclo geográfico en la historia de América Latina y el Caribe. Con estos, presupuestos, en el futuro inmediato deberá afrontar los retos que a la región le imponen la crisis global del sistema financiero, la baja en los precios del petróleo, de las materias primas, el reposicionamiento del dólar y el calentamiento global. A estas tareas se refiere el conjunto de documentos aprobados en la sesión final de la cumbre, como conclusiones generales.

Una novedad en las deliberaciones de la reunión fue el recientemente inaugurado diálogo entre Cuba y Estados Unidos en un esfuerzo por reanudar relaciones diplomáticas y comerciales, después de casi sesenta años de criminal bloqueo económico a la isla de la libertad.

En este sentido, el presidente Raúl Castro exigió poner fin al bloqueo contra Cuba, para avanzar en el restablecimiento de relaciones. En las que fueron percibidas como las primeras declaraciones del mandatario después de inaugurada la ronda de conversaciones con Washington, Raúl dijo que “el problema principal no ha sido resuelto: el bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca enormes daños humanos y económicos y es una violación al derecho internacional”.

Detener el golpe en Venezuela

La reunión centró su atención también en las declaraciones del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien en el foro denunció la existencia de planes orquestados por la ultraderecha venezolana para promover un golpe de estado contra su gobierno. “Hay una gran operación de provocación contra Venezuela y desde Venezuela de la ultraderecha, utilizando figuras políticas de algunos países vinculados a proyectos de derecha, apoyando a grupos políticos que desconocen las instituciones, desconocen al presidente legítimo de nuestra patria, que promueven un golpe de estado a corto plazo”, puntualizó Maduro.

La denuncia del gobernante provocó un consenso unánime de respaldo del resto de mandatarios latinoamericanos hacia el proceso de transformaciones sociales que se vive en Venezuela. Daniel Ortega dijo que “quieren repetir la historia de Chile contra Venezuela. Quieren aplicar y están aplicando el mismo guión, quieren que esto culmine con un golpe militar, sangriento, brutal, como el que propiciaron los yanquis allá en Chile”, añadió Ortega.

Rafael Correa, en nombre del pueblo ecuatoriano, pidió el cese de la “guerra económica” contra Venezuela. “Basta de guerras económicas contra países como Venezuela, que nos recuerdan bastante bien a la guerra económica de la burguesía chilena contra Salvador Allende, cuando se dieron cuenta que no podían vencer en las urnas, al ser contundentemente derrotados en marzo de 1973”, puntualizó Correa. Otros gobernantes latinoamericanos se sumaron a este consenso.

No menos importante fue la toma de posición de los representantes del continente frente al apoyo a las negociaciones que en La Habana se adelantan entre representantes del gobierno colombiano y voceros de la guerrilla más antigua y prestigiosa de la región.

Realidad cultural

Ese proceso fue saludado por el presidente de Venezuela, quien precisó que “más allá de las diferencias políticas que tenemos y que resurgen cada cierto tiempo” el respaldo al proceso de paz es incondicional. “Celac no es un espacio para pelear entre nosotros, es el espacio para unirnos, para abrazarnos, y en este espacio Venezuela ratifica todo su respaldo a la lucha por la paz en Colombia, todo lo que tengamos que hacer y más allá. Estamos a la orden del presidente Juan Manuel Santos para construir la paz en Colombia, a pesar de los ataques que se nos hagan desde Bogotá”, dijo el gobernante.

Raúl Castro, Daniel Ortega, José Mujica, Rafael Correa, entre otros mandatarios, brindaron su respaldo incondicional al proceso de paz en Colombia, y a instancias del gobierno argentino, la cumbre de Celac aprobó una resolución de apoyo a las negociaciones que se adelantan en La Habana.

Retomando el tema de los retos de la región, Dilma Rousseff destacó que las naciones que integran Celac, han privilegiado la integración regional, pese a las diversas visiones del mundo que poseen. Propuso un fondo de empresas, con participación de los gobiernos, para desarrollar el comercio y erradicar la pobreza.

Pepe Mujica, por su parte, reflexionó sobre la idea de lograr una sociedad justa, equitativa y con una nueva realidad cultural que deje atrás las fantasías heredadas del capitalismo. “A lo que me refiero es que la alta política no puede jugarse en ese capitalismo, debe comprometerse con el cariño y las causas de la gente, luchar por los pueblos. Es mucho más fácil cambiar una realidad material que una realidad cultural, y ese es el desafío de todos en la región”, puntualizó el gobernante uruguayo.

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