martes, abril 23, 2024
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Crimen de guerra contra Palestina: ¡1.800 muertos!

Se pone en marcha gigantesco movimiento de solidaridad con el pueblo palestino. ONU integra comisión para investigar crímenes de Israel. Varios países de América Latina llaman a consulta a embajadores ante el gobierno sionista

Alberto Acevedo

El gobierno de Benjamín Netanyahu, en Israel, desafiando el clamor unánime de la comunidad internacional para que ponga fin a la carnicería desatada por sus tropas contra el pueblo palestino, ha declarado en forma infame que no detendrá los bombardeos contra la población civil en la Franja de Gaza y que el ejército continuará sus operaciones contra el grupo islamista Hamás durante “el tiempo que sea necesario”.

Mientras Israel mantiene esta posición, justificando una campaña de exterminio calificada por organismos humanitarios como un verdadero “crimen de guerra”, actitud que no fuera posible si no contara con el respaldo de Estados Unidos y las grandes potencias occidentales, siguen creciendo en forma dramática las cifras de la tragedia.

Hasta el fin de semana anterior, se contabilizaban 1.800 palestinos muertos y cerca de 8.900 heridos. Del número de muertos hacen parte 296 niños, según revelaron voceros de la Unicef, cifra conmovedora que indica el alto precio que ha pagado ese pueblo por la aventura bélica de Israel.

Por su parte la Organización Mundial de la Salud (OMS) certifica que se ha producido el desplazamiento forzoso de 400 mil personas, en tanto que los bombardeos israelíes dejaron sin vivienda a 9.815 familias, que suman 58 mil personas en la Franja de Gaza.

Destrozos

Voceros de organismos humanitarios internacionales dan cuenta de que el 83% de las víctimas son civiles. Esta tragedia humanitaria incluye la destrucción de la economía de esa región, de hecho golpeada duramente por un criminal cerco impuesto por Israel desde 2006, cuando el grupo islamista Hamás ganó las elecciones de forma democrática y transparente y llevó a la dirección del gobierno local a Ismail Aniyeh, caracterizado vocero de esta facción política.

La tragedia humanitaria se acentuó a partir del 17 de julio pasado cuando Israel inició una ofensiva militar terrestre que ha golpeado en lo fundamental a la población civil y la infraestructura de la región. Han caído bombas de alto poder destructor contra 500 casas, dos hospitales, varias escuelas, incluyendo cuatro de ellas administradas por las Naciones Unidas, centros administrativos del gobierno local, refugios de víctimas de la agresión y hasta la mezquita de Al Shamaa, un patrimonio cultural de 700 años de antigüedad.

La población total de Gaza es de 1’800.000 personas, de las cuales el 5% vive en refugios administrados por las Naciones Unidas, que también comenzaron a ser atacados por las tropas israelíes. De 32 hospitales que tiene la zona, diez cerraron sus puertas debido a destrozos causados por los bombardeos, en tanto que 11 más resultaron afectados en su estructura física.

La ONU investiga

Organismos especializados indican que la reconstrucción de Gaza, con las afectaciones registradas hasta la semana anterior, cuesta 390 millones de dólares, que necesariamente deberían ser aportados por la comunidad internacional.

Contra esta pequeña región, que no llega a los dos millones de habitantes, se ha alzado el ejército de Israel, considerado como el cuarto o el quinto más poderoso del mundo, con un arsenal nuclear estimado entre 300 y 400 ojivas. Por consiguiente, no se trata de una guerra convencional, sino una verdadera campaña de exterminio contra la población civil.

Los grupos de resistencia armada islámica, con una débil capacidad de ataque, han lanzado 3.032 cohetes, que han causado la muerte de tres civiles de la parte israelí. Este cuadro de muerte y destrucción ha puesto en marcha un movimiento de solidaridad con el pueblo palestino, que se extiende por todo el planeta.

Es importante destacar la decisión adoptada el pasado 23 de julio por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que por decisión mayoritaria de sus integrantes designó una comisión internacional de investigación sobre las posibles violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario cometidas durante la ofensiva militar israelí en las últimas semanas.

Asistencia humanitaria

La resolución del organismo de la ONU que integra la comisión de investigación considera en su parte motiva que los ataques israelíes en la Franja de Gaza son “desproporcionados e indiscriminados”. Por su parte, dos poderosos bloques regionales de integración, el Movimiento de los No Alineados y el Grupo de los 77+China, coincidieron en llamar a “poner fin a la agresión militar israelí contra el pueblo palestino” en Gaza y pidieron “asistencia humanitaria de emergencia” para la región agredida.

En América Latina han tomado fuerza también expresiones de solidaridad con la causa palestina. En Caracas se han producido nutridas manifestaciones de repudio al genocidio, y el presidente Nicolás Maduro envió a su canciller Elías Jaua al Medio Oriente a tomar el pulso de la situación.

Por su parte, un importante grupo de países latinoamericanos llamaron a consulta a los embajadores en Israel. El llamado a consulta es un mecanismo diplomático mediante el cual un Estado hace saber a otro su profundo repudio por acciones consideradas inamistosas, ofensivas o violatorias del derecho internacional. Ese mecanismo es un compás de espera para que el otro estado rectifique sus acciones y es, en todo caso, anuncio de medidas más drásticas de censura y sanción.

Estado terrorista

Los países que han adoptado este mecanismo son Perú, Chile, El Salvador, Brasil y Ecuador. Brasil además anunció que “congela” sus relaciones con Israel. En Ecuador y Chile, nutridos grupos de manifestantes en las calles pidieron a sus gobiernos romper de inmediato relaciones con Tel Aviv.

En América Latina, en varios países, toma fuerza la exigencia de que Mercosur no suscriba un tratado de libre comercio con Israel. En Colombia, diversos sectores políticos adelantan conversaciones para integrar un gran frente amplio de solidaridad con el pueblo palestino, y en las últimas semanas, en Bogotá, se han realizado demostraciones públicas de rechazo a la agresión israelí.

En Estados Unidos, el pasado 2 de agosto, varios miles de personas se reunieron en el Parque Lafayette, al lado de la residencia presidencial, frente a la Casa Blanca y reclamaron el “fin de la ayuda de Estados Unidos al Estado judío” y pidieron castigo ejemplar para Israel, al que calificaron de “Estado terrorista”.

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