martes, abril 23, 2024
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Con la lámpara de Diógenes: Yo bachaqueo, tú bachaqueas…

La canción de Escalona que habla de “la Guajira arriba donde nace el contrabando” ya no es simplemente una nota ingenua del juglar. Ahora connota una situación económica, social y política que mengua el proyecto bolivariano de la hermana república de Venezuela.

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Rubén Darío Arroyo Osorio

La canción de Escalona que habla de “la Guajira arriba donde nace el contrabando” ya no es simplemente una nota ingenua del juglar. Ahora connota una situación económica, social y política que mengua el proyecto bolivariano de la hermana república de Venezuela. Aparentemente es un paliativo al desempleo y a otros factores que atraviesan la vida económica de un estado que marcha rumbo a una meta de equidad e inclusión, pero que contiene en sus entrañas una oposición perversa que hace aparecer como una crisis del sistema lo que es un saboteo deliberado de los propósitos del mismo.

“Los ojos y los oídos son malos testigos para los que tienen alma de bárbaros… pero aun así, los ojos son mejores testigos que los oídos”, como decía el sabio de Éfeso.

Caravanas de camiones de alto cilindraje, vehículos desvencijados adecuados a la circunstancia, camperos de particulares acomodados que traen gasolina, billetes de bolívares de alta nominación para su cambio en las fronteras, alimentos y todo tipo de mercadería comprada con bolívares devaluados y vendidos por pesos colombianos en la frontera, que poco a poco van minando el comercio legal y las posibilidades de los ciudadanos venezolanos y los visitantes que pueda albergar este país vecino que soñó Bolívar como una nación próspera, soberana, democrática y con unos ciudadanos de talante fraterno y libertario que expulsaría de su suelo todos los vicios de la corrupción y todos los invasores que causaran daño a su pueblo valiente y gallardo.

La regulación de precios y de venta de algunos productos ha resultado infructuosa, pocas incautaciones de litros de gasolina con relación a la que sale en este comercio ilegal; más de 50 muertos este año por arrollamiento causados por conductores de los camiones (350 y 750) de ese bachaqueo; muchas campaña de prevención a los peatones se vuelven pañitos de agua tibia para una grave infección. Así las cosas frente al “yo bachaqueo, tú bachaqueas, todos bachaquemos”, digámosle: “alto al bachaqueo, más compromiso con el proyecto social del gobierno y el estado de Venezuela”. Por qué imitar de mala manera a esa hormiga roja -bachaco- que transporta hojas quirúrgicamente cortadas y transporta por largos parajes para su alimento y cobijo.

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