viernes, marzo 29, 2024
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Chile: Tiempos de reforma

Se están recogiendo los beneficios de la unidad de los sectores revolucionarios y progresistas, a pesar de la oposición y lucha del empresariado y los partidos de centro y derechistas.

José Ramón Llanos

Después de 25 años de gobiernos relativamente democráticos en el Chile posdictadura de Pinochet, por la presión del Partido Comunista, el sindicalismo y el apoyo del gobierno y los parlamentarios de la alianza de la Nueva Mayoría, se aprobó la reforma laboral con 67 votos a favor y 42 en contra en la Cámara de Representantes. En estas condiciones comenzó el proceso parlamentario que culminará eliminando normas antidemocráticas y excluyentes que regulaban las relaciones obrero-patronales, impuestas por la dictadura de Pinochet. La normatividad vigente dificulta la acción sindical y la pone en desventaja frente a la posición fuerte y privilegiada del empresariado.

Los cambios introducidos son de tal magnitud que el presidente de la Comisión Laboral de la Cámara, el diputado comunista Lautaro Carmona, expresó su apoyo y destacó los beneficios de las reformas así: “…de suyo constituye una reforma profundamente democrática, democratizadora y de justicia social. Podrán entonces los trabajadores, en un diálogo directo con los empleadores, con conocimiento de causa del estado de la empresa por información obligada que debe entregar el empleador, acordar mejores condiciones salariales y mejores condiciones de vida desde el punto de vista laboral y para sus familias”.

Por el contrario, los empresarios y los partidos derechistas y militaristas ya expresaron sus intenciones de movilizar la plutocracia y utilizar la manipulación de los medios de información burgueses para intentar modificar en la Comisión de Trabajo del Senado el sentido de la norma que abocará a partir del 6 de julio el estudio de las reformas laborales que legitiman la acción sindical, que hacen efectivo el derecho de huelga, impiden el esquirolaje y prohíben el despido de los trabajadores que participen en los paros.

Por ejemplo, Hernán Larraín, presidente de la Unión Democrática Independiente, declara: “Si persisten las reformas laborales, persistirá el camino del frenazo a la economía”. El presidente de la Sociedad de Fomento de la Fábrica, Hermann von Muhlenbrock, declaró: “Tenemos que seguir trabajando en el Senado para mejorar una reforma laboral que no es positiva para las empresas y tampoco es positiva para los chilenos”.

En el acto de celebración de los 103 años de fundación del Partido Comunista en la ciudad de Concepción, Guillermo Teillier, secretario político, advirtió: “Nosotros hemos dicho que vamos a defender el proceso de reformas, en la calle si es preciso. Es más, pensamos que las reformas deben avanzar con movilización social pacífica y diálogo fructífero. “Estamos asistiendo a la agonía de un sistema que favorece la relación perversa entre política y negocios”.

Antes había anotado: “Queremos adelantar que el Partido Comunista de Chile contribuirá al éxito de la movilización a la que está convocando la CUT para el mes de julio, con el fin de apoyar la reforma laboral y abrir paso al acuerdo unitario para luchar por una nueva Constitución para Chile”.

Como se ve, en Chile se están recogiendo los beneficios de la unidad de los sectores revolucionarios y progresistas, a pesar de la oposición y lucha del empresariado y los partidos de centro y derechistas.

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