De Vicenç Fisas
Del Director de la Escuela de Paz de la Universidad de Barcelona. Estimado Carlos: Me acabo de enterar de tu enfermedad, y quiero expresarte mi cariño y mi agradecimiento por ser una de las personas más íntegras y valiosas de este país, Colombia, que también es un poco mío. Siempre he admirado tu temple, tu honradez y el ejemplo que eres para muchísimas personas, en un ambiente tan afectado por las violencias. Eres un hombre de paz, siempre dispuesto a tender puentes y al diálogo, y es por todas esas cosas que hay tantas personas, como yo, que te queremos y estaremos a tu lado en estos momentos complicados para tu salud. Ojalá te repongas y podamos celebrar juntos este acuerdo de paz tan esquivo, pero que seguro llegará. Mil abrazos. Vicenç Fisas (vía Internet).
Siembra vientos
Y cosecharás tempestades, reza el sabio dicho popular aplicable a diversas situaciones. Leyendo apartes de las declaraciones y escritos de Gene Sharp, ideólogo del grupo terrorista de la CIA norteamericana (Central de Inteligencia Americana, del gobierno imperial de los Estados Unidos de Norte América), logramos entender la brutal arremetida del régimen de los Estados Unidos contra países como Siria, Rusia, Venezuela, Ecuador, Brasil, entre otros. La guerra económica, la desinformación, la difusión de versiones y rumores contra los gobiernos democráticos que han optado por la vía del socialismo incipiente, la utilización del aparato de guerra comunicacional (medios privados de comunicación, Internet, Twitter, televisión), la financiación de grupos terroristas y otras modalidades de intervención, forman parte del nuevo arsenal criminal conocido como ‘golpes suaves’. El estímulo a desconocer los gobiernos elegidos democráticamente, a restarles apoyo y legitimidad, a debilitarlos por todos los medios, incluida la guerra económica, son pérfidas herramientas que se convertirán en el boomerang que llevará al imperialismo norteamericano y al capitalismo total a su destrucción. Quien siembra vientos, cosecha tempestades y será la tempestad de la ira popular cansada de tanta explotación capitalista. Ernesto Aristizábal Reyes (vía Internet).
El censo agropecuario
Cómo les parece la belleza. Hacía 45 años no se hacía un censo del campo. Entonces se pregunta uno: ¿Cómo hacían los gobiernos para determinar las políticas agropecuarias? ¿Con qué instrumentos de información científica medían las realidades de la estructura social y económica del campo colombiano? A la clase dominante no le interesó nunca el desarrollo humano y social del campesinado. Por eso no es gratuita la aparición de la violencia. El capitalismo deformado colombiano tuvo su carta de ciudadanía con la masacre de las bananeras en 1928 y de ahí para acá, todo ha sido zanahoria y garrote.
La burguesía progresista de López Pumarejo quiso hacer la reforma agraria capitalista, pero no lo dejaron los reaccionarios latifundistas, de tal manera que no es aventurado decir que, a partir del 48 cuando mataron a Gaitán, el país se ha debatido en una guerra que tiene sus orígenes en la forma de la tenencia de la tierra. El gran capital de las multinacionales impuso su dominio a sangre y fuego con la complacencia de los gobiernos apátridas que tenían el fusil contra los campesinos y la rodilla en tierra frente al imperio. Y aquí estamos patinando en el estercolero de una burguesía humillante, prepotente, violenta, mafiosa y criminal. ¿Cómo que no aspiramos todavía a tener la ilusión de un país democrático? Claro que sí, los diálogos de La Habana, esa gran conquista popular, ese gran resumen de la historia de este país nos está dando la razón. Tiberio Gutiérrez (vía Internet).
