sábado, abril 20, 2024
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Cartagena: Mercado de Bazurto, foco de enfermedades

Todo en la administración de la sanidad y la limpieza que requiere un centro de venta de alimentos para una comunidad tan grande como la de Cartagena, parece dejado a lo que venga en un aspecto tan delicado como la salud colectiva.

Rodeado de aguas pútridas, aparece el mercado de Bazurto.
Rodeado de aguas pútridas, aparece el mercado de Bazurto.

El principal y más peligroso foco de enfermedades infecto-contagiosas lo tiene la comunidad cartagenera en el mercado de Bazurto, como terminaron por reconocerlo los propios organismos sanitarios de la ciudad y una larga lista de alcaldes que no quisieron, no pudieron o no intentaron siquiera la solución de esa amenaza que apunta sobre la salud colectiva.

Más de la mitad de la población de Cartagena compra los componentes de la canasta básica para la alimentación de la familia en forma directa en el Mercado de Bazurto, aunque esté convencida y advertida de los riesgos que se corren en cuanto a higiene, conservación y manejo de los productos perecederos como carnes, embutidos, lácteos y derivados, pescados y mariscos, además de verduras y frutas de maduración rápida que casi no resisten refrigeración corriente.

Pescados, quesos, carne de res y de animales “de monte” se expenden en Bazurto de cualquier manera, en mesas improvisadas, expuestos a olas de moscas y otros vectores visibles sólo al microscopio, como también lo aceptan los manejadores de ese renglón alimenticio.

“Si la gente viene a Bazurto a comprar es atraída por los precios un poco más tolerables y por la posibilidad del regateo, opciones con las que no cuenta en las tiendas y supermercados de cadena”, opina sentencioso un operador de esta plaza.

En otras palabras, Bazurto es el gran mercado de las inmensas mayorías pobres o marginadas pero las cabezas de la administración distrital no parecen pensar en la protección integral de la sociedad que a la postre es la que las lleva a los cargos destacados, donde se dedican es a abrirle paso a la especulación inmobiliaria, que no hacen nada diferente a construir grandes hoteles y obras de muy dudosa utilidad colectiva como el túnel de Crespo.

El mercado de Bazurto está rodeado de aguas estancadas y malolientes y la propia Ciénaga de La Quinta, ha sido un dolor de cabeza para los alcaldes y sus técnicos con el agravante de que la mala educación colectiva terminó por convertirla en el botadero de tripas de pescado y de sobras de comida.

Hoy el mercado de Bazurto produce 300 toneladas diarias de basuras y, según salta a la vista, no toda se recoge en ese lapso, pues se necesitaría la misma cantidad de camiones recolectores. Debe agregarse a esa amenaza sanitaria la presencia de ratas que circulan por las cañerías y que en las noches salen a dar cuenta de lo que encuentren a su paso, incluidos alimentos aparentemente seguros en depósitos o colmenas.

Todo en la administración de la sanidad y la limpieza que requiere un centro de venta de alimentos para una comunidad tan grande como la de Cartagena, parece dejado a lo que venga en un aspecto tan delicado como la salud colectiva. No deben extrañar ni la frecuencia ni la cantidad con que se presentan en Cartagena epidemias virales, que producen mortalidad humana en índices alarmantes.

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