miércoles, abril 24, 2024
InicioVisiónCulturalCarnavaladas vergonzantes en Barranquilla

Carnavaladas vergonzantes en Barranquilla

Los verdaderos actores del carnaval tienen la palabra. ¿Seguirá esto así? La Arenosa y su carnaval merecen respeto.

El colorido del festival es impresionante y desata el fervor popular, así las élites se lo hayan robado.
El colorido del festival es impresionante y desata el fervor popular, así las élites se lo hayan robado.

Wilfrido Jiménez Díaz

El run run que ronda por los medios y por las redes sociales resume claramente lo que está pasando con la fiesta más importante de Barranquilla: “Nos robaron el carnaval”.

Sí, sobre este evento ha caído un vendaval de críticas, primero por la desorganización que reinó en los cuatro días de las carnestolendas; segundo, la subvaloración a que fueron sometidos los verdaderos hacedores del carnaval y para colmo, el desplazamiento de las manifestaciones vernáculas por otro tipo de manifestaciones que nada tienen que ver con el carnaval.

Más de 70 grupos de cumbiambas y comparsas fueron engañados por parte de la empresa Carnaval S.A., al entregarles el valor de las bonificaciones para transporte con cheques chimbos, es decir: sin fondos. Fue una burla. Así se denunció por parte de muchos de los directores de estos grupos, quienes jocosamente y en tono carnavalero, contestaban a la pregunta: “Nos bailaron el indio”, “nos pusieron la mecedora”.

En la Vía 40, denominada como el Cumbiódromo del Carnaval, los asistentes salieron disgustados. Es que este desfile cambió totalmente.

Las cumbiambas, danzas, comparsas y disfraces, que fueron convocados para desfilar desde las dos de la tarde, sólo pudieron hacerlo a las seis, ya que los “organizadores” le dieron prelación a los “Pupi-trailers”, que con sus altoparlantes y sonidos estridentes opacan a los grupos de música autóctona, y los “galanes” de las telenovelas del momento, que quieren ser los protagonistas y, para lograrlo, pagan millones de pesos para que les asignen puestos privilegiados en los desfiles, desplazando a los verdaderos hacedores del carnaval, esos a los que tuvo en cuenta la Unesco para su reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

El Festival de Orquestas, otro desastre. Endiosaron tanto a Rubén Blades que se olvidaron que habían invitado al cantante vallenato Iván Villazón para ofrecerle un homenaje por sus 30 años de carrera musical. Este fue el motivo por el cual se retiraron del Estadio “Romelio Martinez” el Checo Acosta y Martina La Peligrosa.

Muchos, con la cruz de ceniza en la frente, pero aún con manifestaciones de guayabo en sus rostros, no paraban de comentar: “¡No joda, nos robaron el carnaval, cuadro!”. Tanto así, que esta vez, Joselito Carnaval no murió de cansancio y ron, sino de vergüenza y pena moral.

Barranquilla y los verdaderos actores del carnaval tienen la palabra. ¿Seguirá esto así? La Arenosa y su carnaval merecen respeto.

Artículo anterior
Artículo siguiente
RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments