“María del Pilar tiene las pruebas y debe aportarlas a la Justicia, no puede asumir ella sola la responsabilidad de toda esa carga de delitos y dejar que los pillos mayores queden sueltos”.
Redacción Política
Una de las víctimas del DAS, durante la administración uribista, fue Carlos A. Lozano Guillén, director de VOZ y dirigente del Partido Comunista Colombiano. En los procesos contra los directores del DAS, en particular Jorge Noguera y María del Pilar Hurtado, reposa bastante información de la campaña sucia en contra suya, adelantada por el G3 de inteligencia del DAS, que fue el encargado de todos los operativos ilegales que se conocen con el nombre de “chuzadas” y que abarcaron desde seguimientos, interceptaciones telefónicas y de correos electrónicos, campañas de desprestigio, actos hostiles y amenazas de muerte, propaganda sucia y montajes jurídicos.
Así lo confesaron ex funcionarios del DAS como Fernando Tavares, ex director de Inteligencia; Jorge Lagos, ex director de Contrainteligencia; y Martha Leal, ex jefe de Operaciones.
VOZ conversó al respecto con Carlos Lozano.
–¿Qué importancia le atribuye usted a la captura de María del Pilar Hurtado?
–Mucha. Creo que ella deba ponerle la cara al país, así su proceso esté terminado en la Corte Suprema de Justicia, que está a punto de dar el fallo en los próximos días. Tiene que contar quién le dio las órdenes de hacer los seguimientos y carta blanca para perseguir a los que se consideraban desde la “Casa de Nari” como “enemigos del gobierno”. Todo el mundo sabe que las daba Uribe Vélez, asesorado de sus principales alfiles o “primer anillo”, algunos hoy apoltronados en el Senado, otros judicializados y la mayoría, como el jefe, gozando de impunidad. María del Pilar tiene las pruebas y debe aportarlas a la Justicia, no puede asumir ella sola la responsabilidad de toda esa carga de delitos y dejar que los pillos mayores queden sueltos.
Las actividades ilegales
–¿En concreto qué hicieron contra usted?
–De todo un poquito como suele decirse. Seguimientos, inclusive en el exterior, recuerdo que en Brasil fue capturado un agente del DAS que me siguió y me tomaba fotografías en mis actividades públicas; “chuzadas” a mis teléfonos y correos electrónicos, muchos documentos y fotografías fueron bajados y entregados a la “gran prensa” para que se mostraran, sacados de contexto, como pruebas de un supuesto vínculo mío con la guerrilla; campañas sucias de desprestigio con burdos montajes fotográficos, como lo hicieron también con Piedad Córdoba, distribuidos por las redes sociales para dañar mi imagen; infiltración de mi esquema de seguridad de donde obtuvieron bastante información de todos mis movimientos; ocultaron información de inteligencia de por lo menos dos atentados que iban a cometer los paramilitares contra mí; guerra sicológica a través de anónimos y amenazas y del envío de una corona a mi funeral el mismo día que también lo hicieron con Hollman Morris y Daniel Coronell.
Por cierto, me llama la atención en lo de las campañas de desprestigio, que han vuelto a aparecer en estos días a través de las redes sociales y de anónimos por correo ordinario, lo que quiere decir que estos pillos dejaron bien plantados a sucesores en estos menesteres sucios y delincuenciales.
–¿Y cómo se enteró de esto?
–Porque fui convocado a la Fiscalía General de la Nación donde me mostraron el A-Z que contenía múltiple información de todo lo que hicieron contra mí. Lo leí con paciencia toda una tarde. Lo que digo está en el proceso, no es que me lo imagine o lo sospeche, está ahí y en los testimonios de quienes ya fueron procesados y condenados.
–¿Qué espera usted?
–Que haya plena justicia. No es suficiente que condenen a María del Pilar hoy en la cárcel. Deben estar también los cabecillas, algunos de ellos en el Senado en la actualidad y otros gozando de impunidad. No es sano, por ejemplo, el ridículo informe de la Inspección de las Fuerzas Militares sobre la Operación Andrómeda.
