viernes, abril 19, 2024
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Cambio climático: ¿Evitará la especie humana ir hacia el colapso?

Iniciada la cumbre mundial sobre el clima, no hay indicios de que las potencias industriales vayan a facilitar un acuerdo sobre disminución de gases de efecto invernadero. Cambios en el clima empujarán a la pobreza a más de cien millones de personas, advierte el Banco Mundial

Alberto Acevedo

El pasado 30 de noviembre comenzó en París la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, COP-21, con la presencia de representantes de 192 naciones del mundo al más alto nivel, los diferentes organismos y agencias de las Naciones Unidas, lo mismo que voceros de organismos civiles no gubernamentales que hace seguimientos a los fenómenos medio ambientales. El evento extenderá sus deliberaciones hasta el 11 de diciembre.

Las pregunta que angustiosamente se hacen miles de personas, que han tomado conciencia sobre los peligros que para la especie humana representan los cambios climáticos, es si la cumbre de París logrará poner de acuerdo a las grandes potencias industriales sobre la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal factor de perturbación del equilibrio natural del medio ambiente.

Hace 36 años se realizó la primera conferencia mundial sobre el clima, y hace 20 años, la primera Conferencia de las Partes, COP, que se efectuó en Berlín. Entre los dos eventos, se han llevado a cabo decenas de reuniones intergubernamentales y de especialistas sobre el tema. Se han adoptado decisiones formales en busca de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

En todo este tiempo, ¿avanzó la humanidad en aliviar las consecuencias de los desequilibrios en el cambio climático? Uno de los últimos informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, IPCC, afirma que las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado desde la era preindustrial de manera acelerada, impulsados en gran medida por el crecimiento económico y demográfico.

Esas emisiones hoy son más altas que nunca, asegura el informe. Hay acumulaciones atmosféricas de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, que no tienen precedentes en los últimos 800.000 años. Como consecuencia de esta situación se producen de manera acelerada procesos de desertificación, pérdida de especies, acidificación de los océanos, inundaciones, estrés hídrico y eventos hidrometereológicos cada vez más violentos.

Destrucción del planeta

El informe del organismo asegura que los esfuerzos alcanzados en las diversas conferencias sobre cambio climático, hasta ahora, se han visto frustrados, pues en la realidad, la producción y consumo de energía fósil, causante de estos desequilibrios, continúa y se acrecienta. Por su parte, organismos ambientalistas aseguran que el fenómeno es consecuencia de la búsqueda de ganancias, como motor principal de la lógica capitalista.

Uno de los eventos anteriores a la cita de París de esta semana, fue la cumbre de Copenhague sobre cambio climático, que consignó en sus documentos de conclusiones: “La vida moderna nos está conduciendo a la destrucción del planeta”.

De reflexiones como estas, surgen en forma paralela, análisis y exigencias, más avanzadas, en manos de organismos no gubernamentales y ambientalistas de diversos países, que organizan cumbres paralelas a las de iniciativa gubernamental o de las Naciones Unidas.

Uno de esos eventos alternativos, se realizó en Bolivia, el pasado mes de octubre. Se denominó Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático.

Entre sus conclusiones, condenó la política de la denominada “economía verde”, que al fin y al cabo lo que hace es servir de caja de resonancia a los intereses de las grandes empresas transnacionales, sin adoptar correctivos de fondo frente al cambio climático.

Redimensionar los recursos de la guerra

Reivindica además una serie de objetivos, que llevará a la reunión de París esta semana: No a la privatización de los recursos naturales y toda forma de mercantilización de la naturaleza. Reconocer la urgencia de reconocer los derechos de nuestra especie y de la naturaleza como eje central de las negociaciones e instrumentos normativos internacionales, en detrimento de los derechos del gran capital.

La reunión de Bolivia y otros eventos alternativos coinciden en la necesidad de crear un Tribunal Penal Internacional sobre medio ambiente, que castigue a los responsables de los enormes daños medio ambientales que hoy amenazan con llevar a la especie humana hacia el colapso.

Demandan además que se condene las guerras, las políticas imperiales y la carrera armamentista, como las mayores agresiones al medio ambiente y a la preservación de la especie humana. Los recursos de la guerra -dicen- podrían utilizarse para solventar los principales retos sociales y medioambientales que enfrenta hoy la humanidad.

Un aspecto que consideran esencial es demandar que cambien radicalmente los indicadores de desarrollo y progreso, para que tengan en cuenta los costos ambientales, la equidad social y el desarrollo humano. Para ello, las autoridades públicas deben asumir como obligación principal, un enfoque basado en los derechos de sustentabilidad, bienestar y progreso de la sociedad.

Un nuevo sistema ambiental

Instan a condenar el control del comercio mundial por parte de las empresas transnacionales y el papel de la Organización Mundial del Comercio, OMC, en la imposición de acuerdos que legitiman la desigualdad y la exclusión e impiden el ejercicio de políticas públicas soberanas.

De la misma manera, denuncian la compra masiva de tierras de países del Sur, por parte de potencias extranjeras y multinacionales, para explotar sus recursos naturales o dedicarlas a proyectos que comprometen el medio ambiente y el equilibrio de sus ecosistemas.

Las reuniones alternativas anteriores a la cumbre de París coinciden además en que en general, el sistema ambiental existente, a la luz de la gestión de las Naciones Unidas, ha demostrado ser incapaz de frenar la catástrofe ecológica, y es hora de que se sienten las bases de un sistema nuevo, democrático y participativo.

La expectativa que surge de París, es si la cumbre sobre el cambio climático logrará un acuerdo vinculante que detenga el colapso ambiental, o fracasará en su intento, como ha sucedido con los eventos anteriores.

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