Es la única opción promisoria para quienes luchamos por construir una verdadera y plena democracia en este terruño esquilmado por las minorías de burgueses y latifundistas por casi doscientos años.
José Ramón Llanos
El significativo acuerdo político que hizo posible el binomio invencible de Clara-Aída es realmente histórico. En toda la historia republicana nuestra nunca antes las mujeres tuvieron oportunidad de presentar una fórmula exclusiva femenina, constituida por dos honestas valientes y decididas defensoras de la causa e intereses populares y de la verdadera soberanía nacional. Y además es la única opción promisoria para quienes luchamos por construir una verdadera y plena democracia en este terruño esquilmado por las minorías de burgueses y latifundistas por casi doscientos años.
Desde que se iniciara la vida independiente de Colombia, los gobiernos de hombres liberales y conservadores fueron responsables de las nueve grandes guerras civiles. Además gobernantes conservadores a mediados del siglo XX fueron los responsables políticos de las dictaduras cruentas que culminaron con el golpe de Estado del general Gustavo Rojas Pinilla. Quien a su vez defraudó las esperanzas de los colombianos que creyeron en que él pudiera traer la paz y la democracia. En síntesis, los hombres de la excluyente minoría que han gobernado el país solo han dejado muerte y ruina.
Nunca antes en Colombia el ciudadano tuvo la oportunidad de elegir una pareja de mujeres a la presidencia y vicepresidencia del país, Clara López y Aída Avella presentan una hoja de vida inmaculada, sin una acción deshonesta ni oportunista. Además, ambas, tienen propuestas políticas para combatir la inequidad, construir la paz con equidad social, erradicar la explotación irracional de nuestros recursos minero-energéticos; revisar el sistema actual de salud, para garantizar plena y oportuna atención de los pacientes y aplicar estrategias de medicina preventiva,
Ya Clara y Aída han diseñado los planes que les permitirán atender los problemas y carencias de la educación en sus distintos niveles, consultando a los rectores, docentes y estudiantes universitarios, para inaugurar políticas educativas auténticamente participativas, que conduzcan a la prevalencia de una educación oficial con la financiación suficiente. Estas instituciones liderarán las investigaciones que proporcionen al estado los insumos para elaborar las estrategias para proteger el medio ambiente y evitar la destrucción de nuestra biodiversidad.
La presidencia en cabeza de una mujer como Clara López garantiza las acciones más eficaces para lograr la igualdad de género, la equidad salarial; la misma oportunidad para mujeres y hombres de acceder a la educación. Erradicar la violencia contra la mujer es bandera prioritaria del gobierno del PDA y la Unión Patriótica. Es la hora de convertir la esperanza de la redención de los pobres y la democracia en una realidad inmediata. Votemos por Clara y Aída. La mujer al poder para bien de Colombia.
