La “Bogotá Humana” no se compromete a terminar con esta modalidad que deja a negociantes privados la educación de los capitalinos
Redacción laboral
“Si hay en los colegios del Distrito los cupos que están entregando los colegios en concesión, entonces ¿por qué continuar con esta modalidad?”, es la pregunta que le hacen dirigentes de la Asociación Distrital de Educadores (ADE) a la Secretaría de Educación de Bogotá.
Pero la Secretaría insiste en mantener 17 concesiones educativas, cinco en transición y solo tres regresan al control del Distrito. Los maestros le plantean que esa política no está en el Plan de Desarrollo de la ciudad, en el tema de la defensa del patrimonio público.
Las discusiones se dan en el contexto de la negociación que adelanta esta organización sindical con el Distrito Capital. Según William Agudelo, presidente de la ADE, ante los argumentos de los docentes la Administración Distrital responde que esos colegios han tenido alto grado de desarrollo académico y que por lo tanto deben continuar.
“Les hemos demostrado que esos argumentos no son reales y lo que quieren es mantener esos colegios para no tener problemas con algunas comunidades que los defienden. Además, exigimos que a los maestros se les brinden las garantías salariales porque allí no se les paga de acuerdo con el decreto de salarios, les mantienen jornadas de ocho horas, el cambio de maestros es constante y muchos renuncian por esas condiciones. Eso es lo que discutimos”, explica Agudelo.
También discuten la jornada de 40 por 40, ya que la ADE asegura que la Administración ha planteado el aumento de la jornada de los estudiantes pero por medio de contratos con entidades como Compensar y sin nombramiento de nuevos maestros. “A eso le llaman jornada única, pero en realidad es la entrega de la educación pública a contratistas, sobre todo, en el desarrollo de actividades culturales y deportivas de los estudiantes”, anota el presidente de la ADE.
En la política educativa del Distrito Capital hay cuatro puntos: la jornada de 40 por 40, los colegios en concesión, los colegios en convenio y el preescolar de tres grados. En este último punto los docentes han mostrado su acuerdo con que se desarrollen los tres grados, pero no como lo hace la Secretaría: sin una infraestructura acorde.
“Es algo que debe hacerse con construcciones escolares, no con casetas que es como lo están haciendo. Ellos las llaman aulas móviles, pero son más costosas que los salones y duran menos porque son prefabricadas. En Bogotá se construirán 109 gastando mucho más dinero que si hicieran salones de clase. Lo hacen por el afán”, anota William Agudelo.
Ante estos problemas y otros como la ejecución solo del 30% del presupuesto -como lo dijo la Veeduría Distrital- y “porque no se ha metido en los temas de educación sino que se ha interesado es por los temas de contratos”, la ADE pidió la renuncia del secretario de Educación, Óscar Sánchez.
En la negociación se ha avanzado en temas como la jornada laboral, las ruralidades, ciudades educativas especiales, el pago oportuno, los conflictos escolares y algunos puntos de bienestar y salud de los docentes. Pero los temas que atañen al modelo educativo para una ciudad incluyente que fije la educación como derecho no hay avances. Por eso planean movilizaciones o un paro distrital de educadores.
