jueves, marzo 28, 2024
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Blanca Villamil, tu sonrisa abrirá horizontes

Quienes la conocieron vieron en ella su compromiso con la niñez, las mujeres, la cultura y la paz con justicia social

Acto de homenaje a Blanca Villamil.
Acto de homenaje a Blanca Villamil.

Ana Elsa Rojas Rey

El día martes 29 de julio en la Corporación Colombiana de Teatro, más de un centenar de personas se congregaron para rendir homenaje póstumo a Blanca Villamil, saludar a su familia y darle el hasta luego a quien fuera ejemplo de nuevas generaciones, pues en este lugar estuvo ella muchas veces organizando las peñas culturales para denunciar el genocidio en contra de la Unidad Popular en Chile.

La vida revolucionaria de Blanca Villamil fue multifacética y única, diferente a muchas militancias; ella supo integrar holísticamente todos los frentes del trabajo revolucionario, era una intelectual orgánica como conceptualmente lo concebía Antonio Gramsci.

Quienes tuvieron la fortuna de conocer a Blanca y estar a su lado, pudieron ver en ella el profundo compromiso con la causa de la niñez, las mujeres, la cultura, la propaganda y la paz con justicia social. Al recordarla, amigos, amigas y militantes comprenden que su responsabilidad fue en todos los campos de la actividad política y de toda la vida. El cariño y admiración que se le profesaba a esta gran mujer fue motivo para que la dirección nacional del Partido Comunista, en cabeza del Departamento Nacional de Mujeres, rindieran un sentido homenaje a su vida y obra.

El secretario general del Partido Comunista, Jaime Caycedo, hizo una similitud, a través de un poema de su autoría, entre Blanca Villamil y Gladys Marín, dirigente comunista chilena, dos mujeres que en la plenitud de su producción política, la muerte, sin consideración de lo que ellas podrían aportarle a la humanidad, les arrebató la vida.

Semblanza

Magnolia Agudelo Velázquez, quien fuera su compañera y amiga, destacó lo más emblemático de ella. “Blanca desde muy niña se distinguió por abrazar las banderas de la lucha en el barrio Policarpa Salavarrieta, ese bastión de resistencia de la causa por los destechados y por dignificar la existencia de campesinas y campesinos que venían expulsados por la violencia estatal de todos los rincones del país; allí se vio despuntar a Blanca como joven y como mujer en la directiva de Cenaprov como una de sus lideresas más comprometidas.

“En las filas de la Juventud Comunista Colombiana, por su alto compromiso, capacidad, iniciativa y sensibilidad ocupó puestos de dirección desde el Comité Regional de Bogotá, el Comité Central y el Comité Ejecutivo Central de la JUCO; eran tiempos de la Unidad Popular en Chile, de Víctor Jara, Violeta Parra, los Quilapayún y Mercedes Sosa. En esta etapa la compañera Blanca, junto con Hugo Vásquez y otros camaradas, formaron el Movimiento de la Nueva Música; también crea junto con las pintoras Rosa Lamprea, Olivia Miranda, y otros destacados militantes, la Brigada Javier Baquero de murales artísticos, quienes desplegaban la denuncia y propuestas revolucionarias en la zona industrial y en toda la ciudad.

“Asume responsabilidades en los frentes de la cultura, propaganda y de las mujeres. En el partido, por su trayectoria y compromiso es electa a su Comité Central y al Comité Ejecutivo Central, es designada como responsable nacional del trabajo con las mujeres, es la etapa del histórico paro cívico del 77, de la solidaridad con la causa latinoamericana, y de la denuncia de las dictaduras del Cono Sur.

“Posteriormente el país atraviesa la larga noche del nefasto Estatuto de Seguridad de Turbay; Blanca es designada por la dirección del partido para hacer una gira por Europa para evidenciar la violación de los derechos humanos por parte del gobierno de Turbay y su estatuto. A esta gira la acompañan la periodista María Jimena Dussán y el dirigente conservador Gilberto Alzate Ronga.

“Blanquita, como le decían cariñosamente, fue clave en la organización de los festivales de Voz. También fue candidata al Concejo de Bogotá. Su mayor apuesta era aportar en la construcción de una Colombia en paz, lo que se reflejó en el compromiso militante de toda su vida.

“En los últimos años, estos sueños se tradujeron en su actividad artística como pintora, en la que se refugió y en la que tuvo la oportunidad de hacer escuela, de enseñar, presentar exposiciones en galerías y en universidades. Podemos decir que en el momento cumbre de su obra pictórica, cuando se disponía con el entusiasmo de siempre, a pesar de los altibajos en su salud, a acudir a invitaciones de diversas universidades y países, la sorprendió la muerte, a la que siempre desafió con su actitud revolucionaria frente a la vida”.

Álvaro Oviedo, su compañero, en este homenaje, conceptualizó quién era Blanca, como persona, como militante, como compañera, madre y abuela.

La parte cultural no podía faltar en este gran acto; los Hermanos Escamilla y “Policarpo”, hijos del barrio Policarpa, hicieron varias interpretaciones con las canciones que más le despertaban alegrías; a nombre del Área de las Mujeres intervino la compañera Inés Mujica.

A Blanca la tenemos que recordar con alegría

Aída Avella hizo una sentida intervención en la que dijo: “A Blanca la tenemos que recordar con alegría, ella encarna las banderas del desafío de la construcción de la paz, hoy que nos encontramos en un momento donde las transnacionales están al acecho, saqueando indiscriminadamente nuestros recursos naturales, sobre todo acabando con la biodiversidad, la fauna y la flora, convirtiendo los campos de Colombia en verdaderos desiertos, como lo vimos recientemente en el Casanare. Blanca, como Yira Castro y Cecilia Quijano, fueron mujeres que lo dieron todo para transformar este país

Blanca simboliza la sonrisa en el combate y es con esa alegría que hoy empuñamos las banderas de la Unión Patriótica, para reconstruir un país, en medio de la batalla de ideas. Así la muerte nos sorprenda donde quiera que estemos y las oligarquías se empeñen en hacer de la patria una piltrafa, no pasarán, porque el pueblo es superior a sus infamias. Blanca, tú no has muerto, has trascendido y tu sonrisa nos abrirá horizontes cada día por un mejor mañana”.

Patricia Ariza hizo una semblanza de lo que aportó Blanca Villamil al arte y la cultura, el poeta José Luis Díaz-Granados declamó una de sus obras dedicada a Blanca y Álvaro en sus bodas de plata.

Camarada Blanca Villamil, te llevaremos siempre presente en la lucha de la juventud, de las mujeres, en la lucha de las y los artistas, en la lucha del campesinado, de las y los indígenas, en la lucha por una vivienda digna, en la apuesta por una Colombia digna, soberana y en paz con justicia social. Con este propósito, culminó este acto In Memoriam.

A la vida por fin daremos todo, a la muerte jamás daremos nada.

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