Esta crisis que provocan el imperio, los buitres y sus sirvientes, debe transformarse en una oportunidad para definir una política de confrontación contra esa expresión del poder dominante, que ya no es todopoderoso toda vez que una crisis lo está afectando en sus propios cimientos.
Nota de SemanarioVoz.com: El 16 de junio, la Corte Suprema de Justicia de EEUU confirmó que el Gobierno argentino debe pagarle a los “fondos buitres” la totalidad del dinero que reclaman. Estos “fondos buitres” compran títulos de deuda de países en situación económica crítica, a precios muy reducidos, para luego cobrar esos bonos por su valor real. Durante la crisis argentina de 2001, los bonos emitidos fueron comprados bajo esta condición, generando el reclamo actual de los especuladores.
Coordinación Argentina de la Federación Sindical Mundial (FSM)
Con el fin de desmontar cualquier ilusión acerca de supuestas bondades que pudieran tener circunstanciales sujetos que se presentan como amigos, el general Perón, en su momento, supo decir: “Así paga el diablo”.
En esta oportunidad cabe aplicar esa sentencia: quienes creían que el gobierno de la primera potencia imperialista o las entidades financieras que ahogan a los pueblos nos iban a dar una mano, ahí tienen la despiadada respuesta: el fallo de la Corte Suprema de los EEUU.
La misma otorgó legitimidad a los fondos buitres, tal como lo hicieron los fallos de primera y segunda instancia, quienes actuaron al servicio de los poderosos intereses que representan.
El fondo NML, que compró bonos por 48 millones de dólares y pretende cobrar 1.500 millones, generando de hecho una amenaza contra nuestras reservas, es parte del núcleo central del capitalismo concentrado y transnacionalizado que actúa dentro de un sistema financiero usurario extorsivo y delincuencial estructurado en beneficio del poder hegemónico global imperialista.
Pretenden ahogar económicamente a nuestro país para restablecer sobre el mismo el proyecto neoliberal cuyas consecuencias siempre han sido nefastas para los pueblos y sus trabajadores.
Sin embargo, esta crisis que provocan el imperio, los buitres y sus sirvientes, a la vez debe transformarse en una oportunidad para definir una política de verdadera confrontación contra esa expresión del poder dominante, que si bien es agresivo y guerrerista, ya no es todopoderoso toda vez que una grave y profunda crisis lo está afectando en sus propios cimientos.
Consideramos que se nos presenta como Estado soberano un desafío pero también como una oportunidad. Sostenemos que es necesario establecer una política de ruptura con el aparato financiero imperialista, respaldar a nuestro país en la Unasur y en la necesidad de impulsar más rápido la iniciativa del Banco del Sur, aceptar la integración al grupo BRICS que ha creado un fondo de desarrollo y fomento como así también atender las resoluciones del G77 + China que acaba de sesionar en Bolivia.
Con las resoluciones adoptadas en esos espacios soberanos, que constituyen un respaldo para la defensa de los intereses nacionales y populares, se deberían construir las bases para la formulación de una nueva estrategia, es decir, se podría cambiar la sede de pagos, denunciar la jurisdicción neoyorquina, repatriar las reservas, declarar ilegítimas las pretensiones usurarias, investigar a fondo el origen y los beneficiarios de esta deuda, así como otras medidas que aseguren un horizonte de soberanía e independencia para nuestra Patria.
Y en ese escenario, el rol que debe cumplir la clase obrera organizada resulta de primer orden. Debe impulsar con mayor brío la unidad de todos los sectores del campo popular, ubicar con mayor énfasis donde está el enemigo principal y orientar esa fuerza plural para hacer realidad la profundización de las medidas de carácter estructural y antiimperialista, sin las cuales no se podrá lograr que nuestra querida Nación Argentina encare un verdadero proceso de liberación social y soberanía política.
En ese sentido, la CTA de los Trabajadores, la coordinación de la FSM-Argentina y el capítulo argentino del Encuentro Sindical Nuestra América, entre otros, deben proponerse el desarrollo de iniciativas que permitan manifestar públicamente las posiciones en contra de este ataque imperial, las cuales, simultáneamente, deben facilitar el avance hacia la construcción de una real fuerza frentista plural y democrática, capaz de hacer realidad el empoderamiento del pueblo para concretar las transformaciones que anhelamos.
Como integrantes de la Federación Sindical Mundial de la Argentina asumimos el compromiso de bregar por contribuir a materializar esta gran reivindicación política de nuestro pueblo, que es el de derrotar definitivamente a las ambiciones de dominación del capitalismo internacional, impedir el sometimiento a sus designios, evitar la apropiación de las riquezas, naturales, de las reservas energéticas y de la preservación de la desigualdad social producto de la aún insuficiente distribución de la riqueza.
