miércoles, abril 24, 2024
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Anuncia miembro de la MIA Nacional: “En cualquier momento pueden estallar de nuevo los bloqueos en Colombia”

Nelson Lombana Silva

El presidente nacional de la Asociación de Pequeños, Medianos y Recolectores de Café (Apemecafé) Urbano García Cáceres, quien, a su vez, hace parte de la mesa nacional de interlocución MIA, denunció la forma paquidérmica e irresponsable como el presidente Santos viene tratando la agenda de los seis puntos que se viene discutiendo en diversas ciudades del país como fruto del histórico paro nacional agropecuario y popular que se viene desarrollando.

Urbano García Cáceres. Foto Nelosi
Urbano García Cáceres. Foto Nelosi

Cada vez le resta importancia a la discusión. Primero, delegó al vicepresidente de la república y algunos ministros y consejeros presidenciales. En las últimas reuniones ha delegado su presencia en viceministros solamente, señaló el presidente nacional de Apemecafé.

Al parecer las mismas “dignidades” han venido expresando el interés de volver a la lucha ante el inminente incumplimiento de lo pactado por el señor Santos. Así las cosas, el bloqueo de vías puede estallar en cualquier momento, dejó entrever el compañero Urbano García Cáceres. “En cualquier momento puede estallar en bloqueos nuevamente”, advirtió. “Los bloqueos serán más contundentes por la misma experiencia y por la rabia que tiene el campesino colombiano”, agregó.

Sobre este y otros temas fue consultado por la página web www.pacocol.org y esto dijo:

—Compañero Urbano García Cáceres, ¿cuál es la historia de Apemecafé? Pensaba que esta organización era cuestión del pasado.

—Sí, efectivamente, nosotros entramos en un período como de “receso”, si se pudiera llamar, a raíz de todo el proceso de persecución contra las organizaciones sociales que a finales de la década de los 80 y en los 90 fueron sujetas a un exterminio a sangre y fuego, en la cual muchos de nuestros dirigentes fueron judicializados, otros se fueron del país, otros fueron asesinados y por supuesto, diezmaron la organización campesina de los pequeños y medianos caficultores.

Hemos de recordar que Apemecafé en la década de los 80 fue la que lideró a nivel nacional la movilización de los caficultores en Colombia y que por supuesto, eso lo cobró la burguesía y sobre todo, los que estaban al frente y han estado siempre frente a la Federación Nacional de Cafeteros.

—Ahora Apemecafé hace parte de la mesa nacional de interlocución MIA. ¿Cuál es esa experiencia?

—Para nosotros de verdad que fue muy gratificante llegar a la mesa nacional de interlocución porque en un proceso que hemos venido construyendo con las uñas a partir de 2005, cuando hicimos un congreso nacional de reactivación de Apemecafé y en la cual el Ministerio de Agricultura nos puso todas las trabas del mundo, nos hizo hacer prácticamente tres congresos, logramos finalmente el reconocimiento de la personería jurídica, es decir, reactivarla porque se nos había perdido y empezamos ese nuevo proceso.

En ese proceso, sobre todo en los últimos años, desde 2010, si bien es cierto no tenemos el número grande de afiliados que quisiéramos tener, sí hemos venido creando pequeños núcleos en regiones cafeteras a pesar de las limitantes económicas. Venimos avanzando lento pero seguro. En la MIA entonces logramos asistir a la reunión que se dio en Neiva y ahí quedamos dentro de esa MIA inicialmente y posteriormente cuando el paro hicimos presencia en algunos sitios del país, seguimos asistiendo y nos ganamos por trabajo y persistencia allí, un lugar en la MIA Nacional, donde tenemos un delegado.

Las organizaciones que hacen presencia allí son las organizaciones y no son las personas; en este momento hay un compañero nuestro que cuando considere pertinente la dirección de Apemecafé puede ser cambiado por un compañero de las regiones, que es lo que nosotros estamos tratando de estimular y fortalecer: los liderazgos regionales, para asuman esos papeles y asuman presencia y se hagan notar en esos espacios de carácter nacional.

—Precisamente, ¿cómo va la discusión de la agenda propuesta por la mesa nacional de interlocución MIA?

—Bueno, diría uno que no se ha avanzado mayor cosa. Acuérdese que ya vamos para cuatro reuniones con el gobierno nacional. Inicialmente mandaron unos personajes de la talla del vicepresidente de la república Angelino Garzón, ministros y algunos consejeros, pero posteriormente le ha venido quitando el perfil de los que están allí, a tal punto que en la última reunión en Medellín los delegados fueron viceministros. Lo que hace ver el gobierno es su poco interés de entrar realmente a solucionar la problemática que se tiene.

Sin embargo, hay un consenso en una discusión que se viene dando al interior de la MIA también en la necesidad de que hay que sostener también y prácticamente obligar al gobierno a entrar a negociar en forma seria. Solamente agotado eso, pues, seguramente si no se ve que eso surta efecto, pues se tomará otra decisión que en su momento e internamente se valorará y dependiendo del balance y trabajo que se viene haciendo en las regiones.

—El paro agropecuario y popular no se ha levantado oficialmente en Colombia. ¿Hay que intensificar la lucha entre campesinos y el sector popular para respaldar la MIA?

—Sí, me parece que en este momento hay un ambiente en la cual la gente está adolorida, enfurecida, y por supuesto, con unos ánimos grandes de seguir en la pelea porque ve que es la única salida, la vía de hecho, que tradicionalmente el gobierno nacional ha venido firmando actas desde hace muchos años a nivel regional y sencillamente se quedan en letra muerta. Eso ya lo sabe el campesino y no se quiere seguir dejando engañar y por supuesto eso es como una tendencia.

Por ejemplo, las “dignidades” ya han manifestado su interés de nuevamente bloquear porque el gobierno en la práctica también los dejó allí colgados de la brocha; en la mesa que se viene adelantando en el Catatumbo, en la práctica también está suspendida las negociaciones porque el gobierno no ha cumplido absolutamente con nada. Ni siquiera con el primer punto acordado allí.

En el Cesar –por ejemplo– los pequeños mineros siguen sentados en las carreteras y en pie de lucha; los indígenas recientemente han manifestado que a partir del día 14 o 15 de este mes van a hacer una movilización de más o menos 350 mil indígenas a nivel nacional por problemas relacionados con la tierra y toda su problemática en particular. Los camioneros anuncian que el gobierno les ha incumplido y están en disposición de paralizar en cualquier momento.

En términos generales hay un ambiente muy tenso y en cualquier momento esto puede estallar en bloqueos nuevamente, porque el paro, como se señala, se sigue sosteniendo, lo que se ha suspendido son los bloqueos y es posible que entonces los bloqueos para un futuro sean mucho más contundentes por la misma experiencia y por la rabia que tiene el campesinado colombiano.

—Finalmente, ¿qué concepto tiene Apemecafé de los diálogos de paz que se vienen sucediendo entre las FARC-EP y el gobierno nacional en La Habana (Cuba)?

—Nosotros por principio tenemos muchas esperanzas de que eso pueda llegar a un feliz término y que podamos avanzar fundamentalmente en lo que tiene a nosotros en unos acuerdos alrededor de la tierra. Pero, por supuesto, que es un tema bastante espinoso y por supuesto que allí afecta sensiblemente a los terratenientes y al gran latifundio, sobre todo a las transnacionales que tienen los ojos puestos sobre el territorio para la parte minera.

No sé, de pronto, el momento en que ha llegado la mesa de negociación en La Habana, en la cual empiezan las premuras también de la próxima campaña reeleccionista de Santos, puede llevar a cometer torpezas por parte de Santos para contrarrestar su baja popularidad o también puede ser parte del circo que Uribe y Santos quieren montar al pueblo colombiano, enviando un supuesto mensaje de contradicción entre ellos, cuando en lo fundamental no hay ningún tipo de contradicciones. No podemos olvidar que Santos estuvo muy cerca a Uribe, que fue su ministro de la guerra y por lo tanto sabe muchos secretos de las atrocidades del paramilitarismo en Colombia. No pueden haber mayores diferencias.

Pero en aras de eso se puede cometer cualquier torpeza premeditadamente por el mismo gobierno con el fin de romper con esos diálogos. Ojalá no se dé, pero eso va a depender mucho de la presión popular del pueblo colombiano.

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