jueves, abril 18, 2024
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Alain Resnais: Nonagenario innovador del cine

José Ramón Llanos

Nada más insólito y repelente que utilizar la ultramanida expresión “Ha muerto” para referirse al deceso del más permanente innovador, audaz y original director de cine Alain Resnais. Infortunadamente, el hecho deplorablemente cierto es que quien naciera en la Bretaña francesa el 3 de junio de 1922, acaba de morir en París, poco tiempo después de terminar su última película Amar, beber y cantar, de título y contenido hedonista. Lo sorprendente es que a su edad, 91 años, sus dos últimos filmes son profundamente creativos, hasta el punto que Amy Taubin, cinéfila autorizada, observa que en su penúltima obra Las malas hierbas, “la cámara parece volar durante toda la película”.

Alain Resnai
Alain Resnai

La emoción del público

Cuando Taubin entrevistara al autor de Muriel -película que muestra el compromiso y apoyo del director con la lucha de liberación del pueblo argelino-, al inquirirle sobre el movimiento de cámara, este le respondió: “Intento no usar el movimiento de la cámara por sí mismo, sino siempre para tratar de extraer más emoción del público”. Tal vez el tener siempre el objetivo de emocionar al espectador fuera el estímulo que lo mantenía innovando permanentemente.

Por eso después de que Alain Resnais, muy joven, proyectó la primera película, ya el cine nunca más fue el mismo. La nueva ola, la nouvelle vague, como se apellidó esa forma de hacer cine, se convirtió en el mejor sucesor del neorrealismo italiano. Resnais fue el monarca que desplazó al hasta ese momento irreemplazable director de Roma, ciudad abierta; Ocho y medio, y tantas más, Federico Fellini.

Resnais elaboró en tal forma los finales abiertos, que creó una nueva cultura fílmica. Los nuevos se identificaron de tal manera con las modalidades de trabajar los guiones y la realización de las películas de la nueva ola, que se elevó el nivel de análisis y los debates sobre la filmografía de esta escuela entre los críticos. Además, simultáneamente el público se regodeaba con las películas del bretón y de Jean Luc Godard, el otro fautor de esa tendencia o modalidad de cine.

Compromiso político

Desde los 13 años empezó a construir su filmografía. En esta época realizó su primer corto. En 1943 inició estudios de cine, especialidad montaje en el IHEC, en París. Cinco años después su cortometraje Van Gogh fue galardonado con un Óscar; entre 1950 y 1958 realizó Guernica; Las estatuas mueren también; El canto de la sirena. El documental de 1956 La noche y la niebla marca el punto de partida de su estelar carrera y su rica y excepcional obra.

Alguna parte de su obra está basada en obras literarias, o realizadas con destacados narradores. Su primer largometraje de ficción basado en un guión de la novelista Marguerite Duras, Hiroshima, mon amour, fue recibido con beneplácito por los espectadores y con alborozo por la crítica. Rodó otra obra de un novelista del movimiento Nouveau roman -nueva novela-, Alain Robbe-Grillet, con el cual elaboró el guión de una obra cimera El año pasado en Marienbad. Por este filme recibió en la Muestra de Venecia, el León de oro.

De su posición política hablan los títulos de algunas de sus películas: Guernica; Lejos de Vietnam, obra de dirección colectiva; Muriel; Hiroshima, mon amour, sobre los campos de concentración nazis. En el horizonte del cine hoy no se otea nadie que pueda igualar y menos superar a Alain Resnais.

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