miércoles, abril 24, 2024
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Aída Avella: “Aún no son capaces de contar la historia de la izquierda”

Los sectores de izquierda están muy desunidos y con esta unión lo que hicimos fue un llamado a la unidad, la necesitamos los sectores populares y podríamos representar mucho más si nos unimos. Las diferencias son pocas, es más lo que nos une que lo que nos separa.

Foto: Juan Pablo Pino/Publimetro
Foto: Juan Pablo Pino/Publimetro

Ángela Pérez
@angelaperezsan

¿Por qué Colombia debe mirar a la izquierda?

Yo creo que Colombia siempre ha mirado hacia la izquierda, pero por todas las cosas que han pasado históricamente no han permitido que sea un hecho real. Sin embargo, ahora hay muchas condiciones: primero, el proceso de paz. Creo que el país anhela profundamente un proceso, pero también el cambio. Si uno ve la generalidad de la gente, del ciudadano de a pie, está cansado de sus gobernantes, porque aquí pueden ponernos todos los índices que quieran, pero lo cierto es que la situación es otra.

Entonces, en su caso, ¿por qué regresar al país?

Primero, por la devolución de la personería jurídica de la Unión Patriótica, que es un acto de justicia con un partido al que le han asesinado más de cinco mil militantes de todos los escalones, y que después de 11 años nos digan ‘miren nos equivocamos’… No se debió suspender la personería jurídica porque estábamos en medio de un gran genocidio.

Segundo, por el proceso de paz, que es una luz que alumbra en el larguísimo camino en la historia de la violencia que ha vivido Colombia, porque muchos dicen que el conflicto está hace 50 años, pero llevamos siglos de guerras declaradas.

Finalmente, porque se necesitan unas profundas reformas sociales, arreglar los problemas pero estructuralmente, los que dieron origen al conflicto armado con reformas como la agraria, la de la salud, la reforma a la educación y la redistribución del presupuesto del país.

Pero el término ‘reforma’ ha caído en un lugar común y la gente se ha aburrido de oírlo, ¿cuál es realmente el objetivo de una buena y real reforma?

Tiene que haber un cambio en el modelo económico, no podemos seguir con un modelo neoliberal que ha entregado el trabajo, las fábricas –tanto medianas como pequeñas– a las transnacionales; hay grandes sectores de la economía que en la práctica han desaparecido y les han quitado el trabajo a los obreros, por eso debemos revisar los TLC.

Pero si nos vamos al sistema de educación, no solo tenemos los malos resultados de las pruebas Pisa sino que tenemos un sistema que se ha quedado rezagado. Entonces qué proponemos: primero, en las escuelas tiene que haber jornada completa, hablamos de preescolar, primaria, secundaria y técnica. Esta última tiene que ser fortalecida, no con cursos de tres semanas para poner bombillos y decir que tienen un título, sino que el técnico debe tener una formación profunda.

Pero también hay otros sectores inexplorados del trabajo como es el mar. Usted nunca ha visto que se hable del mar, nosotros lo vamos a hacer, tenemos la convicción de que la riqueza marina se la han dado a las transnacionales.

¿Y de dónde saldría el dinero para estas inversiones?

De las regalías que hemos perdido, por ejemplo. Con el estatuto tributario aplicado a las transnacionales hemos perdido nueve billones de pesos, que si los jalonamos a 2014 perfectamente pueden ser el doble, como 20 billones de pesos.

Proponemos entonces que con estos dineros se apoye a las pensiones, que la jubilación sea establecida automáticamente a los 65 años, los que hoy tengan 65 años solamente con cédula reciban la pensión. Tenemos una deuda con la tercera edad, a la que hemos olvidado.

¿Qué cree que debe hacerse para darles garantías a las políticas de oposición?

Darles derecho a la vida.

Y este es un derecho que siempre le han vulnerado…

Esta ha sido una lucha de toda la vida, no solo con un atentado. Si ustedes pudieran escuchar a nuestros abuelos, todos nos hubieran contado las guerras y la persecución que ha tenido la gente del común, no solo los de izquierda, pero esta tiene una historia tan dramática y tan oscura que no son capaces todavía de contarla, todavía no sale en los libros, pero si aquí no hay respeto a la vida no hay ningún otro derecho. Aquí, por mantenerse en el poder, han optado por asesinar.

Su partido no logró lo esperado en las elecciones legislativas, pero volvió a sonar en el panorama político, ¿cuál es el futuro de la UP?

Yo creo que si algún significado tiene para nosotros esta campaña es haber dicho que la dignidad política sigue en pie y que hay otras formas de hacer política, así no lleguemos al Congreso.

¿Por qué unirse a Clara López y no aspirar a la Presidencia?

Pensamos en el país antes de cualquier protagonismo personal, además los sectores de izquierda están muy desunidos y con esta unión lo que hicimos fue un llamado a la unidad, la necesitamos los sectores populares y podríamos representar mucho más si nos unimos. Las diferencias son pocas, es más lo que nos une que lo que nos separa.

Cambiando de tema, ¿tiene mascota?

No, no tengo tiempo, pero me encantaría tener un gato.

¿Cómo le dice a su fórmula?

Le digo Clara, somos amigas hace muchos años, solo que nos distanció el exilio.

¿Con quién fue su última borrachera?

Nunca me he emborrachado, me hace daño el trago. Además no me hace falta, me divierto con otras cosas.

¿Qué colecciona y por qué?

En un época coleccioné búhos, me parecían muy simpáticos, todo el tiempo lo miran a uno. Pero dejé la colección porque vine a Colombia.

¿Ha fumado marihuana?

No, pero vine a conocerla en los balcones de los edificios en Suiza y una vez entré a la casa de un compañero uruguayo que tenía un problema muy complicado de artrosis y había una cantidad de matas verdes en la terraza, y yo dije ‘¡huy, qué cantidad de plantas tienes!’ y me dice: ‘es marihuana para ponerme aquí en las manos’, y yo ‘¡huy esa es la marihuana, no la conocía!’.

Si no hubiese sido política, ¿qué le hubiese gustado ser?

Periodista, me encantaba, porque tenía una facilidad muy especial para escribir, pero la perdí porque me dediqué a hablar, me volví una habladora y dejé de escribir.

Lo que sí quisiera escribir es un libro muy gracioso para contar las cosas que me han tocado con los políticos de este país. Una vez, cuando estábamos en la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado (Fenaltrase) sacamos una tarjeta de Navidad que mandábamos a todos los ministros. Un año sacamos un pedazo de la poesía de Bertolt Brecht y recibimos una respuesta de un ministro de esa época que decía: ‘Señor Bertolt Brecht, presidente de Fenaltrase, gracias’. El hombre no sabía nada.

Es un libro que pondría a reír a este país de semejantes animales que nos han tocado de gobernantes. Yo siempre me río sola, pero les quedo debiendo el libro para que se rían conmigo.

Publimetro

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