Libardo Muñoz
En Cartagena la comunidad se ha lanzado a las calles para protestar por los malos servicios de Electricaribe, empresa extranjera que, con el apoyo del modelo neoliberal que impera en Colombia, se apropió de todo el sistema interconectado de la Costa, montado con impuestos pagados por el pueblo de esta región.
Los continuos cortes en el alumbrado público, las suspensiones en barrios, en la capital de Bolívar y en otros municipios no menos importantes, tienen desesperados a los usuarios que no encuentran a quien dirigirse, pues las dependencias de Electricaribe funcionan como una empresa privada que no se siente obligada a responderle al pueblo.
Empresas, comercios grandes, tiendas, escuelas, hoteles, restaurantes, hospitales y clínicas y suscriptores de barrios de todos los estratos sufren, además de los cortes, los aumentos en las tarifas impuestas de manera incontenible.
Lo que está en evidencia es que Electricaribe se quedó atrás en la actualización técnica de redes y generadores que en una época no muy remota fueron un ejemplo a nivel nacional. La contradicción entre lo privado y lo público nunca fue tan palpable como en el caso de la privatización de algo tan necesario como la energía de un país entregada a manos extranjeras.
