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1840-1850 (III): La cuestión ideológica

José Ramón Llanos

Después de que Lenin escribió Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, quienes conocen, o creen conocer este cuerpo ideológico, suelen repetir que “el marxismo es el sucesor legítimo de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés”[1. Carlos Marx, Federico Engels. Obras escogidas. Editorial Progreso. Moscú, pág. 19.].

Federico Engels dialoga con un obrero.
Federico Engels dialoga con un obrero.

Sin embargo, ¿cuáles son las circunstancias y cómo se desarrollaron esos procesos que finalmente dieron como resultado el acervo transformador de las propuestas revolucionarias de Carlos Marx? ¿Aparte de Hegel quiénes más contribuyeron a la creación del materialismo científico y a visionar el comunismo? Las respuestas parciales a esos interrogantes son las que tratamos de compartir con los lectores de este artículo.

El punto de partida

El punto de partida del proceso que culmina con la formación del marxismo es la actitud inquisidora de Marx frente a la filosofía alemana prevaleciente en el país en los inicios del siglo XIX: la filosofía de Hegel. Por supuesto, cuenta también de manera decisiva la sensibilidad y el compromiso del autor de El Capital frente a la situación económica y humana de los campesinos, artesanos y obreros del occidente de Europa.

Pero no debemos equivocarnos. No sólo consideró la situación de los individuos. Tuvo el acierto de analizar de manera original y planteando los interrogantes adecuados, el entorno jurídico y político que hacían posible la situación de inequidad social: mientras la minoría vivía en la opulencia y detentaba el poder político, la mayoría, creadora de esa riqueza a costa de sacrificios, estaba excluida de esos beneficios. A esas circunstancias, a ese entramado jurídico-político Marx, posteriormente, llamará relaciones sociales de producción.

El desarrollo ideológico

Para hacer un balance que reconozca a los intelectuales alemanes que aportaron al desarrollo del pensamiento político de Carlos Marx, debemos consultar a Federico Engels, Franz Mehring, Augusto Cornu, y Lenin, primordialmente. A su vez estos intelectuales y líderes políticos, o participaron en las fundaciones y redacciones de numerosos periódicos y revistas de la época en que vivió El Moro, o tuvieron que consultarlos. Tal es el caso de Augusto Cornu y Lenin.

La lectura de la obra de los antes mencionados nos identifica a los filósofos, intelectuales y líderes políticos que contribuyeron a la consolidación del ideario del creador del materialismo histórico y de las teorías fundacionales del socialismo científico.

La poca extensión disponible en un periódico como VOZ para un texto de esta naturaleza nos obliga a mencionar únicamente los intelectuales y líderes políticos directamente vinculados con los hitos más significativos del ideario marxista. Sabemos de la importancia de Adam Smith y David Ricardo en la formación profunda de Marx como reformador radical de la economía existente en la primera mitad del siglo XIX.

El socialismo “verdadero”

El antecedente inmediato al partido comunista marxista, lo constituyen el llamado socialismo “verdadero” y el comunismo artesanal.

Es muy conocida la determinante influencia de la filosofía de Hegel en el crecimiento ideológico y político de Carlos Marx y Federico Engels, pero es menos reconocido el aporte de líderes como Moses Hess, Otto Lüning y Karl Grün en la construcción del pensamiento político de los creadores del socialismo. Por esa razón nos proponemos identificar los aportes de estos intelectuales y la forma como nutrieron al gran fautor del comunismo.

La rebelión de los tejedores de Silesia en 1844 es el gran catalizador del llamado socialismo “verdadero”, movimiento que entre 1844 y 1848 emprende una lucha a través de periódicos, revistas y folletines contra el pauperismo, contra “el gran capital que devora cada día más al pequeño… la libre competencia acaba por dejar una inmensa riqueza de una parte, y una inmensa miseria de la otra”[2. Lüning, O. Citado por Augusto Cornu. Carlos Federico Engels. Tomo Cuatro. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. p 34.] Este artículo lo publica Lüning en el Vapor de Westfalia.

El más destacado pensador y luchador socialista “verdadero” es Moses Hess, quien plantea abiertamente “una doctrina comunista”, en un artículo de 1844, titulado De la esencia del dinero. Plantea también la cuestión de la enajenación en el artículo Profesión de fe comunista en preguntas y respuestas, muestra cómo el producto del trabajo del obrero se convierte en mercancía y finalmente en dinero y este deviene un medio para oprimirlo.

Los socialistas “verdaderos” reconocen que sus ideas las toman de la obra de Feuerbach, Crítica del cristianismo, pero se atreven a decir que él erró al no darse cuenta que la esencia humana la constituye el trabajo social del hombre, por tanto la lucha por la humanización de la sociedad se concreta procurando el cambio del capitalismo, la propiedad privada y la erradicación de la competencia y la sed de lucro.

La sociedad que sustituirá al capitalismo es posible erigirla por medios pacíficos, allí los hombres tendrán relaciones fraternales, se educarán todos sus miembros e imperará el amor[3. Ibid., p. 33]. Una de las falencias de los socialistas verdaderos es el hecho de no identificar las clases sociales y sus luchas, por tanto no visualizaron el rol de la violencia en la destrucción del capitalismo. Como afirma A. Cornu, la mayor parte de ellos estaban lastrados por “un humanismo sentimental”, especialmente O. Lüning, K. Grün y H. Putmann.

El más realista y quien elaboró el diagnóstico más certero de la Alemania de su época fue Moses Hess y por eso mismo fue el más cercano a Marx. Fue uno de los fundadores de la Gaceta del Rin, inicialmente estuvo muy cerca de Engels. Según D. Riazanov, “convenció a Engels de que el comunismo era el resultante lógico de las nuevas doctrinas hegelianas”[4. Riazanov, D. Biografía del Manifiesto Comunista. Compañía general de ediciones. México. 1961. p.258].

La impresión que le causó a Hess Marx al conocerlo no requiere comentario: “Va usted a tratar-le escribía a un amigo- al más grande, iba a decir el único filósofo viviente… El nombre de mi ídolo es Marx… está llamado a ser el que le dé el golpe de gracia a la religión y a la política de la Edad Media. Imagínese a Rousseau, Voltaire, Holbach, Lessing, Heine y Hegel en una pieza… y tendrá una idea de quién es Marx”[5. Ibíd., pág. 258.]

No hay dudas de que la amistad de Hess y Marx contribuyó a que se establecieran sinergias que contribuyeron al desarrollo político de ambos, pero el fardo de la influencia de Feuerbach en Moss determinó que no pudiera crecer ideológica y políticamente como lo hizo Marx. La consecuencia de esa diferencia se manifestó en el Congreso de la Liga Comunista. Allí se distanció definitivamente de los autores de la Ideología Alemana.

El socialismo verdadero contribuyó a decantar el ideario de Marx, por sus planteamientos acertados como por sus planteamientos erróneos, por ello constituye un valioso aporte a la construcción del materialismo científico y al socialismo.

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